Fuera de la nube de polen
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
Estos días, si miramos desde la ventana de la galería,
se ve la huerta cubierta por una nube amarillenta de polen. Ante semejante
panorama, tenemos dos posibilidades: salir a fuera y con ello vernos afectadas
por alergias y estornudos innecesarios, o hacer vida dentro del Novi para
evitar todo lo anterior.
El polen invade todo, penetra en la persona sin que
ésta se dé cuenta.
Ahora pienso en los días en que nos convertimos en
plantas generadoras de polen, esos días en que, con compañeros y amigos,
emitimos juicios sobre alguien que no está; interpretamos su forma de actuar,
su forma de hablar, de trabajar... y así todo el ambiente se llena de una sutil
nube amarillenta que penetra en los que están con nosotros y en nosotros
mismos, desencadenándose graves consecuencias alérgicas:
- Genera una especie de "alianza" (en la que
el tercero queda excluido) pero no fundamentada en una amistad profunda.
- Desprestigia a la persona de la que se habla.
- Crea inseguridad cuando no se está con el grupo.
- Se detecta que se ha estado inmerso en esa
"nube amarillenta" porque, después de la conversación, destaca la
ausencia de paz dentro de ti.
- Se genera cierta tendencia a seguir "generando
polen", pues creemos que así seremos más considerados.
El ambiente de trabajo, amigos, familias... están en
alerta roja por este tipo de desencadenante alérgico: la crítica. Cristo
necesita de ti para sanear, necesita de ti para que nadie se sienta juzgado,
para que el amor penetre todos los rincones de tu entorno. Cristo te invita a
mirar con Sus ojos, a amar con Su corazón, a no interpretar, sino a vivir desde
la sencillez y la verdad.
Hoy el reto del amor es que gires o frenes las
conversaciones en las que se critique a alguien, sal por esa persona que no
está, sal de la nube de polen cuanto antes.
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma