El Papa Francisco
ha inaugurado, con la solemne apertura de la “Puerta Santa” de la basílica de
San Pedro en el Vaticano, el Jubileo. El próximo domingo todas las iglesias
mundiales abrirán sus puertas a los peregrinos
“Aperite mihi Iustitiae Porta”
(Abridme las puertas de la justicia), con estas palabras acompañadas de tres
martillazos a la “Puerta Santa” dio por inaugurado el Jubileo el Papa
Francisco en la mañana del martes. Del mismo modo, el
próximo domingo todas las diócesis mundiales abrirán sus puertas a los
peregrinos católicos. Alrededor de 50.000 personas se dieron cita en
la Plaza de San Pedro más segura que
nunca. Las medidas de seguridad fueron extremas tras los atentados de París.
"Debemos anteponer la misericordia al juicio y, en todo caso, el juicio de Dios será siempre a la luz de su misericordia. Atravesar la Puerta Santa, por lo tanto, nos hace sentir partícipes de este misterio de amor", afirmaba el pontífice. La “Puerta Santa” permanece cerrada a cal y canto durante todo el año a la espera de la tradicional inauguración de los jubileos. Es entonces cuando el pontífice se acerca y tras pronunciar el tradicional discurso con el que, desde hace 700 años, se abre ”la puerta”a todos los fieles del mundo.
“Llegar a esa puerta significa descubrir
la profundidad de la misericordia de Dios que da la bienvenida a todos y todo
el mundo va a conocer personalmente. Será un año en el que crecer en la
convicción de la misericordia.”, decía el discurso del Papa. Se trata de un acto
simbólico a través del cual la Iglesia ofrece a los fieles una “vía
extraordinaria” hacia la salvación, el amor y la misericordia. El Jubileo
Extraordinario de la Misericordia se celebrará hasta el próximo 20 de
noviembre. Será entonces cuando la puerta vuelva a cerrarse.
Cincuenta
años del Concilio de Vaticano
“Hoy cruzando la Puerta Santa queremos
también recordar otra puerta que, hace cincuenta años, los Padres del Concilio
Vaticano II abrieronhacia el mundo”, así recordaba Francisco que este Año
Santo se cumplen cincuenta años de la clausura del Concilio Vaticano II (1962-1965).
El Papa ha querido insistir en el
importancia de dicha fecha a la que ha definido como “un verdadero encuentro
entre la Iglesia y los hombres”. Además, ha querido reiterar que el
“encuentro ha proseguido marcado por el poder del Espíritu que empujaba a la
Iglesia a salir de los escollos que durante muchos años la habían recluido en
sí misma, para retomar con entusiasmo el camino misionero”.
La
parábola del Buen Samaritano
En un momento marcado por los atentados
terroristas, el Papa se ha reiterado en la importancia de anteponer "la
misericordia ante el juicio", y con ello ha querido recordar la
parábola del Buen Samaritano. "El Jubileo nos provoca esta apertura y
nos obliga a no descuidar el espíritu surgido en el Vaticano II, el del
samaritano, como recordó el beato Pablo VI en la Conclusión del concilio. Cruzar
hoy la Puerta Santa nos compromete a hacer nuestra la misericordia del Buen
Samaritano", afirmaba el pontífice.
Un
Año jubilar para todas las diócesis del mundo
Francisco ha abierto la "Puerta
Santa" del Vaticano como representación a todas las puertas que se abrirán
en todas las diócesis del mundo. El próximo domingo todas las iglesias del
mundo abrirán la puerta a todos los creyentes. Otra de las novedades es que el
Papa da la posibilidad de abrir la Puerta Santa también en los santuarios, meta
de tantos peregrinos.
La "Puerta Santa" volverá a
cerrarse el 20 de noviembre de 2016, será entonces cuando los católicos
tendrán, ante todo, sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la
Santísima Trinidad por haber concedido un tiempo extraordinario de gracia.
Altas
medidas de seguridad
Miles de fieles han querido acercarse a
la Plaza de San Pedro en la mañana del martes. Pese a
que sólo podían entrar aquellos que habían pedido con anterioridad el acceso
eso no ha impedido que los alrededores de la plaza se hayan llenado. Hasta
en cinco pantallas gigantes se podía seguir el discurso
del Papa Francisco.
Asimismo, las medidas de seguridad
eran extremas, cientos de agentes de seguridad rodeaban el Vaticano. Espacio
aéreo cerrado, detectores de metales, drones... todo es
poco para una ciudad que se encuentra en alerta máxima. El “efecto
París”, así se ha denominado el temor a los atentados que el Estado
Islámico llevó a cabo el pasado 13 de noviembre en París, estos han elevado a 4
el nivel de alerta en Roma y el Vaticano.
Benedicto
XVI entre los invitados
Otro de los hechos que ha hecho que las
medidas se acentúen ha sido la cantidad de altos cargos que se han
encontrado en la apertura del Año Santo. El presidente de la República
italiana, Sergio Mattarella, el primer ministro, Matteo
Renzi e incluso Benedicto
XVI se encontraban entre los asistentes.
Las medidas de seguridad se
ampliarán durante todo el día debido a que está previsto que
los actos se prolonguen durante la jornada del martes. El pontífice acudirá en
la tarde del martes a la Plaza de España con motivo de la celebración
de la Inmaculada Concepción.