Durante un exorcismo en Italia en 1823,
dos sacerdotes dominicos hicieron reconocer al diablo el dogma que sería
promulgado 30 años después
8 de
diciembre de 1854: el papa Pío IX promulga el dogma de la Inmaculada Concepción
de María.
25 de
marzo de 1858: en la fiesta de la Encarnación del Verbo, la Santísima Virgen se
aparece en Lourdes a Santa Bernadette y confirma el dogma diciendo: “Soy la
Inmaculada Concepción”.
Pero
ya treinta años antes, otro hecho sobrenatural y sorprendente confirmó la
Inmaculada Concepción de la Virgen Madre de Dios. Y quien la confesó fue
alguien que jamás esperaríamos que lo hiciese. Un episodio que relata el p. Gabriele Amorth.
Era
el año 1823. El diablo había poseído a un joven analfabeto de apenas 12 años de
edad, residente en la actual provincia italiana de Avellino, en la región de
Apulia. Estaban en la ciudad dos religiosos dominicos, el p. Gassiti y el p.
Pignataro, ambos autorizados por el obispo a realizar exorcismos.
Los
sacerdotes hicieron una serie de preguntas al diablo que poseía al muchacho,
entre ellas, una sobre la Inmaculada Concepción.
El
diablo confesó que la Virgen de Nazaret jamás había estado bajo su poder: ni
siquiera desde el primer instante de su vida, pues ella ya fue concebida “llena
de gracia” y toda de Dios.
Aunque
sea el “padre de la mentira”, el diablo puede ser obligado en el exorcismo a
decir la verdad, incluso en materia de fe. Fue así que los dos sacerdotes
exorcistas le obligaron a reverenciar a la Virgen y a alabar su Concepción
Inmaculada en forma de versos.
Humillado,
el diablo se vio forzado en nombre de Cristo a cantar la gloria de María, y lo
hizo mediante un soneto en italiano, ¡perfecto en construcción y en teología!
Reproducimos
la traducción al español:
Soy
verdadera madre de un Dios que es Hijo,
Y soy
su hija, aún al ser su madre;
El
desde la eternidad existe y es mi Hijo,
Y yo
nací en el tiempo y soy su madre.
Él
es mi Creador y es mi Hijo,
Y yo
soy su criatura y su madre;
Fue
divino prodigio ser mi Hijo
Un
Dios eterno y tenerme a mí por madre.
El
ser de la madre es casi el ser del Hijo,
Visto
que el Hijo dio el ser a la madre
Y fue
la madre la que dio el ser al Hijo;
Si,
pues, del Hijo tuvo el ser la madre,
O hay
que decir que está manchado el Hijo
O hay
que decir Inmaculada a la madre.
Fuente: Aleteia