Pide «oponer resistencia a todas las
prácticas que hieren a las mujeres y amenazan la vida de los no nacidos»
Con gesto sereno pero con toda
claridad, el Papa
Francisco denunció el jueves
en una misa multitudinaria en Nairobi el machismo que domina en
muchas sociedades africanas y
pidió a los jóvenes, el futuro del continente, que se empeñen en luchar por la
justicia.
La policía tuvo que cerrar el Uhuru
Park por estar completamente lleno casi hora y media antes del comienzo de la
misa. Cientos de miles de personas acudieron a la cita con el Papa a pesar de
la intensísima lluvia y se distribuyeron por los parques de los alrededores,
donde podían seguir la ceremonia en grandes pantallas de video. El total de
fieles se situaba en torno al millón, según las primeras estimaciones.
El presidente Uhuru Kenyatta y la Primera Dama, Margaret
Kenyatta asistían a la misa en primera fila bajo un toldo. El resto del parque
se convertía, a cada chubasco, en un mar de paraguas multicolores.
Francisco recordó en su homilía el alto valor de la familia en Kenia, donde se combinan de modo excepcional «el
profundo respeto por la sabiduría de los ancianos y el amor a los niños».
Pero hay un punto muy negro en ese cuadro, que es la
poligamia y el abuso rutinario de la mujer. El Papa afirmó que «por obediencia
a la Palabra de Dios, tenemos que oponer resistencia a todas las prácticas que
favorecen la arrogancia de los hombres, hieren o desprecian a las mujeres y
amenazan la vida de los inocentes aun no nacidos». Las familias cristianas
tienen que ser ejemplo de respeto.
Armonía religiosa
En un país minado por la corrupción y
golpeado una y otra vez desde el 2011 por el terrorismo
yihadista somalí de Al-Shabab, que suma ya más de 600 muertos, el Santo Padre se dirigió específicamente a los jóvenes, la esperanza de una
nación que vive la armonía religiosa pero tiene que superar enormes
desigualdades económicas e integrar mejor sus tribus y etnias.
El Papa pidió a los jóvenes que se comprometan «a formar una sociedad cada vez
más justa, inclusiva y
respetuosa de la dignidad humana. Que tengáis siempre en el corazón las
necesidades de los pobres. Rechazad todo lo que lleva al prejuicio y a la
discriminación porque esas cosas, como sabemos, no son de Dios».
Francisco volvió a desatar el delirio concluyendo su
homilía con unas palabras en swahili: «Mungu awabariki! Mungu abariki Kenya!»
(“¡Dios os bendiga! ¡Dios bendiga a Kenia!”).
Al comienzo de su segunda jornada en Nairobi, el Papa
tenia aspecto muy cansado a las ocho de la mañana durante el encuentro con los
líderes de todas las religiones. Pero al llegar a Uhuru Park y ver la alegría
de la gente durante la misa, se fue contagiando.
Al final sonreía abiertamente en las
palabras de agradecimiento final delcardenal John Njue, arzobispo de Nairobi, cuyo entusiasmo reflejaba uno de los
días más felices de su vida.
Los kenianos de todas las
religiones se sienten orgullosos de que su país sea el primero de África que
visita el Papa. Se
nota por todas partes una mezcla de dignidad y satisfacción, que permite el
desarrollo normal de la visita con apenas policías dedicados al control de
multitudes ni barreras que separen a la gente en las calles por las que circula
el Papa.
Como en todos los países visitados por Francisco, la
población se sorprende de que su automóvil sea el más pequeño de la caravana.
Su Honda Ballade de color gris, contrasta con el gasto suntuoso de los
automóviles del gobierno.
Fuente: ABC