Sencillamente, gracias
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estos últimos
días, la hermana procuradora nos ha sorprendido en la comida sirviéndonos un
zumo de mandarinas recién exprimido. Cuando lo degustábamos, todas pensamos lo
mismo: “Está buenísimo, pero… ¡cuántas mandarinas habrá tenido que exprimir
para hacer zumo para tantas!”
La procuradora,
además de administrar la casa y abastecer las necesidades del día a día, se
ocupa de procurar que los alimentos no se estropeen. Y estoy convencida de que
el Señor le agudiza el ingenio, para hacer compotas, mermeladas, zumos, dulce
de membrillo… y tantas otras cosas que a todas nos encanta disfrutar.
El zumo me hizo
pensar, porque realmente cuántas cosas de las que disfrutamos en el día a día
llevan tanto tiempo, trabajo, cariño y paciencia de otras personas que en ese
momento no estamos viendo.
En realidad, lo
que servimos a los demás es el fruto de nuestras “mandarinas exprimidas”: de
nuestro tiempo, de nuestro cariño, de esa entrega silenciosa y oculta, pero muy
viva y real. Todo ello parte de un corazón que se quiere entregar sin esperar
nada a cambio.
Jesús vivió
durante años una vida aparentemente oculta, para manifestarnos la importancia
de la cotidianidad y del día a día, donde Él se halla presente siempre. Donde
se engendra ese calor, donde se aprecia que realmente queremos a las personas.
Lo suyo fue el trabajo con las manos, la atención a esos abuelos de Nazaret,
ayudar en las tareas cotidianas y, por supuesto, jugar y pasarlo bien cuando
era niño, y disfrutar de las cosas buenas de la vida cuando ya era un joven
adulto.
El mayor
porcentaje de nuestra vida lo recorremos en lo cotidiano. Y que esté lleno de
vida o no, en gran parte depende de nosotros. La Vida, con mayúsculas, está
presente, pero depende de mí descubrirla. Es Cristo quien llena de luz y de
vida cada instante de mi existencia.
Hoy, el reto
del amor es agradecer ese pequeño gesto que esconde mucho detrás. Para darse
cuenta de lo que cuesta hacer zumo de mandarinas, antes hay que haber hecho
alguno. Que tu entrega alimente tu gratitud.
VIVE DE CRISTO
30 octubre 2025
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365 CONFIANDO EN EL SEÑOR
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Fuente: Dominicas de Lerma
