"Nos acostumbran a ceremonias sin alma en las que se pronuncian palabras que no se creen, se aplauden gestos sin sentido, se invocan valores que no manan de ninguna fuente"
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| "Funeral de Estado" en Valencia |
El mal
llamado "funeral de Estado" en Valencia por las
víctimas de la dana nos ha dejado imágenes vergonzosas. Una clase
política que ya no sabe rezar aparentando solemnidad entre discursos vacíos y
silencios burocráticos. Una catequesis laica que nos ha
recordado que donde no está Dios no hay esperanza. Solo la nada. No
hay sentido. No hay consuelo. Digo que a estas cosas no hay que
llamarlas "funeral" porque son más bien un
"recuerdo", un juntarse porque creemos que hay que hacerlo aunque ya
no creemos en nada trascendente. Un funeral es para rezar y dar
esperanza, no para quitarla.
El mundo sin
Dios trata de llenar el vacío poniendo al hombre en el centro. Nos
acostumbran a ceremonias sin alma en las que se pronuncian
palabras que no se creen, se aplauden gestos sin sentido, se invocan valores
que no manan de ninguna fuente. El laicismo progresista es un fracaso. No hay
progreso en la continua huida hacia adelante, progresar tiene más bien que ver
con entrar hacia dentro, a lo profundo de quienes somos y responder a los
acontecimientos de dolor desde ese lugar que es el alma.
Han sustituido
la iglesia por el museo, los sacerdotes por los responsables de protocolo, el
incienso por un villancico, la oración por los discursos infumables y el
silencio creyente por el silencio mediático. Todo un guion de lo
políticamente correcto. Su liturgia es vacía. Su dios no salva. Al haber
ocupado el hombre el lugar de Dios, el dolor se ha convertido en el arma
arrojadiza de los políticos para salvar su honra de la vergüenza y arañar un
puñado de votos al contrario. Será penoso seguir viendo esto en los próximos
días. No me imagino lo doloroso que es esto para los afectados. Alfalfa
posmoderna que nos comemos en los medios de comunicación.
En nuestro
tiempo el Estado trata de hacer desaparecer a Dios para ocupar su
lugar. Es un fracaso estrepitoso. La religión de la laicidad no ofrece
esperanza, ni redención, solo falso consuelo de usar y tirar. Prometen el Cielo
en la tierra y terminan vaciando el alma de los sencillos con su veneno
ideológico. Si el hombre es Dios, ¿cómo se puede responder a la muerte? Es
imposible. Todo lo hacen orquestado. Van allí, se emocionan un momento,
publican un post de condolencia… y al día siguiente todo igual. No hay nada que
pueda llenar el vacío, que como bien intuía Rosalía sólo Dios puede colmar.
Todo es un
relato marcado. Hacer lo que más rédito político les dé, si conviene no ir… no
aparecen, si se trata de exponer cara triste… lo harán. Todo es un
teatro. Y no dejarán de hacerlo porque saben que cuando nuestra sociedad
vuelva a arrodillarse ante Dios dejará de arrodillarse ante ellos. Hablan de
tolerancia, pero eso no pueden tolerarlo.
Solo Dios da
sentido al dolor. Solo Cristo ha vencido a la muerte. Con Él la herida se
vuelve camino y la muerte promesa. No hay consuelo verdadero fuera de
la Cruz ni esperanza real lejos del Resucitado. Lo demás solo es oscuridad.
La paz.
Francisco
Javier Bronchalo
Fuente: ReligiónenLibertad
