La Iglesia católica considera mártires a hombres y mujeres que con sus valientes actitudes han llevado el testimonio de su fe hasta sus últimas consecuencias
![]() |
Shutterstock I encierro |
Mártir,
del griego "martyrion", significa "testigo". A lo largo de
la historia, miles de creyentes de la Iglesia católica, debido a sus firmes
convicciones, fueron torturados y asesinados por el nombre de Jesús o por sus
virtudes evangélicas. Hoy, los cristianos occidentales probablemente no seremos
mártires. Pero ¿qué actitudes podemos aprender de ellos?
1. Vivir en
verdadera libertad
A muchos
mártires les robaron su libertad: fueron aislados y encarcelados, obligados a
abrazar el sufrimiento y la muerte.
Sin embargo,
esta libertad de la que fueron privados es solo externa. La verdadera libertad,
tanto interna como espiritual, es la que Cristo alcanzó en su cruz y
resurrección, quien nos devolvió la capacidad de amar y hacer el bien incluso a
pesar de grandes sacrificios.
2. Pureza y
constancia de la fe
Si bien los
mártires no tuvieron miedo de abrazar la fe y todas las exigencias que ella
implicaba, nosotros a menudo dudamos, vacilamos y no tomamos nuestra fe en
serio.
Los mártires
nos enseñan que la constancia es un valor fundamental. La vida de oración,
la lucha contra el pecado, la búsqueda de los sacramentos y
el ejercicio de la caridad deben retomarse siempre, cuantas veces sea
necesario.
Debemos tener
una santa obstinación por nuestra unión con Jesús en el cielo por toda la
eternidad.
3. Afrontar
las dificultades de la vida con valentía
En nuestra vida
diaria surgen muchos desafíos. Ya sean pequeños o grandes, generan un
sufrimiento considerable. Pero en Cristo, todo sufrimiento tiene un
significado: la llamada a confiar en que Dios es nuestro Padre y sabe lo que es
mejor para nosotros.
No es que Dios
quiera que suframos. Pero nos permite pasar por ciertas situaciones porque sabe
que, al final, nos traerán grandes beneficios.
Si tenemos esta
confianza en Dios, como la tuvieron los mártires, no nos convertimos en rehenes
de los sufrimientos que atravesamos, sino que los afrontamos con valentía y
audacia.
4. Cómo
vencer las tentaciones de la carne y del mundo
Muchos mártires
dieron testimonio de pureza y castidad. Otros dieron testimonio de sus
profundas convicciones sobre algún punto esencial de la fe. Todos supieron
superar la tentación de huir, rendirse o retirarse.
¿Cómo? El
camino de la confianza en la gracia de Dios. Sabían que no podían hacerlo
solos. Así que alzaron la mirada al cielo y se volvieron al Padre.
Darío Ramos
Fuente: Aleteia