CUATRO ACTITUDES QUE PODEMOS APRENDER DE LOS MÁRTIRES

La Iglesia católica considera mártires a hombres y mujeres que con sus valientes actitudes han llevado el testimonio de su fe hasta sus últimas consecuencias

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Mártir, del griego "martyrion", significa "testigo". A lo largo de la historia, miles de creyentes de la Iglesia católica, debido a sus firmes convicciones, fueron torturados y asesinados por el nombre de Jesús o por sus virtudes evangélicas. Hoy, los cristianos occidentales probablemente no seremos mártires. Pero ¿qué actitudes podemos aprender de ellos? 

1. Vivir en verdadera libertad

A muchos mártires les robaron su libertad: fueron aislados y encarcelados, obligados a abrazar el sufrimiento y la muerte. 

Sin embargo, esta libertad de la que fueron privados es solo externa. La verdadera libertad, tanto interna como espiritual, es la que Cristo alcanzó en su cruz y resurrección, quien nos devolvió la capacidad de amar y hacer el bien incluso a pesar de grandes sacrificios. 

2. Pureza y constancia de la fe

Si bien los mártires no tuvieron miedo de abrazar la fe y todas las exigencias que ella implicaba, nosotros a menudo dudamos, vacilamos y no tomamos nuestra fe en serio. 

Los mártires nos enseñan que la constancia es un valor fundamental. La vida de oración, la lucha contra el pecado, la búsqueda de los sacramentos y el ejercicio de la caridad deben retomarse siempre, cuantas veces sea necesario. 

Debemos tener una santa obstinación por nuestra unión con Jesús en el cielo por toda la eternidad. 

3. Afrontar las dificultades de la vida con valentía

En nuestra vida diaria surgen muchos desafíos. Ya sean pequeños o grandes, generan un sufrimiento considerable. Pero en Cristo, todo sufrimiento tiene un significado: la llamada a confiar en que Dios es nuestro Padre y sabe lo que es mejor para nosotros. 

No es que Dios quiera que suframos. Pero nos permite pasar por ciertas situaciones porque sabe que, al final, nos traerán grandes beneficios. 

Si tenemos esta confianza en Dios, como la tuvieron los mártires, no nos convertimos en rehenes de los sufrimientos que atravesamos, sino que los afrontamos con valentía y audacia. 

4. Cómo vencer las tentaciones de la carne y del mundo

Muchos mártires dieron testimonio de pureza y castidad. Otros dieron testimonio de sus profundas convicciones sobre algún punto esencial de la fe. Todos supieron superar la tentación de huir, rendirse o retirarse. 

¿Cómo? El camino de la confianza en la gracia de Dios. Sabían que no podían hacerlo solos. Así que alzaron la mirada al cielo y se volvieron al Padre. 

Darío Ramos 

Fuente: Aleteia