CÓMO OBEDECER CON LIBERTAD

La clave católica para evitar el servilismo en favor de una obediencia sana según el Padre José Kentenich

Marek BAZAK/East News

Puedes obedecer ciegamente llegando a despojarte de tu propia voluntad, o bien hacerlo con libertad, responsabilidad y amor. ¿Cuál es la diferencia entre el servilismo y la sana obediencia?

La clave es el espíritu de fe, afirma el sacerdote alemán José Kentenich en su Epístola perlonga, publicada recientemente en español por la editorial Nueva Patris.

Para el fundador del Movimiento de Schoenstatt, el espíritu de fe es “la luz que todo lo transfigura, que nos revela nuevas dimensiones, que hace que todo cobre una admirable transparencia: mundo y hombre, defecto y pecado, fortuna y desgracia…”

Autoridad que representa a Dios

En esa carta, el fundador del Movimiento de Schoenstatt explica su visión católica de la obediencia.

“Su originalidad radica en la convicción de que el superior legítimo lleva sobre sus hombros la toga de Dios, de que es transparente de Dios”, afirma.

“Así como Dios es amado como el Amor Eterno y temido como la Justicia Infinita, también su imagen, su representante, puede y debe ser no sólo amado sino temido”, añade.

¿Pero entregarse de esta forma a un ser humano no sería arriesgado? El Padre Kentenich responde en esta carta que envió al Vaticano tras una visitación episcopal el año 1949.

No se trata de una entrega total, que sólo puede hacerse ante Dios, o de reducir la responsabilidad personal, explica.

Es una entrega como la de un turista a su guía, un viajero a su capitán, un soldado a su oficial o un hijo maduro y sano a su padre fiel y prudente, añade.

La luz de la fe

La fe permite a quien obedece confiar en lo bueno de cada persona y de las tensiones en las relaciones humanas, pero también en “la guía misericordiosa de Dios”, destaca el sacerdote.

Este espíritu puede “amortiguar la luz de la razón puramente natural y dejar resplandecer en toda su intensidad la luz sobrenatural de la fe”, escribe José Kentenich.

Quien tiene espíritu de fe, confía en que lo que manda su autoridad es justo. Pero cuando falta esa visión, puede llegar a percibirse una orden, de entrada, sin sentido solo por provenir de tal o cual autoridad.

Franqueza

El sacerdote invita a “armonizar la franqueza, la propia iniciativa y la respetuosa obediencia”.

Esto significa que en caso de no ver conveniente lo que manda el “superior”, se lo expreses con respeto.

Y que si la autoridad persiste en su orden, antepongas la fe, que “señalará claramente cómo Dios, según los planes de su Providencia, sabe encaminar al mayor bien todas las cosas, incluso los desaciertos de los superiores”.

En ese caso, el Padre Kentenich invita a mantener la buena relación mutua con esa autoridad, esperando que la confrontación incluso aumente el respeto y la benevolencia.

Y a la vez, si más tarde puedes decidir por ti mismo en esa materia, el sacerdote invita a tratar el caso según el propio discernimiento.

La publicación, en alemán y español, de la Epístola perlonga forma parte de una amplia investigación sobre algunos documentos de Schoenstatt que “dormían en los archivos”, explica a Aleteia el coordinador de la edición, Eduardo Aguirre.

“Creemos que estos documentos ayudan a comprender la historia de Schoenstatt -añade-y junto con una investigación independiente de dos académicos alemanes ayudarán a reactivar el proceso de canonización del Padre Kentenich”.

Patricia Navas

Fuente: Aleteia