Propone construir “una ética global enraizada en la justicia, la fraternidad y el bien común”
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80ºaniversario de los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki. (REUTERS) |
El Papa envía
un mensaje con motivo del 80º aniversario de los bombardeos atómicos en
Hiroshima y Nagasaki, llama a abandonar las armas nucleares y construir una
ética global de fraternidad. A su vez, recuerda que las heridas de 1945 siguen
vivas en las calles y corazones de Japón.
“La guerra
es siempre una derrota para la humanidad”. Esta frase, reiterada
varias veces por el Papa Francisco durante su pontificado, resuena con fuerza
en el mensaje que el
Papa León XIV dirige con motivo del 80º aniversario de los bombardeos atómicos
de Hiroshima y Nagasaki.
León XIV retoma
esa advertencia para destacar que, aunque han pasado ocho décadas, “ambas
ciudades siguen siendo recordatorios vivientes de los horrores profundos
provocados por las armas nucleares”. Y añade: “Sus calles,
escuelas y hogares aún llevan cicatrices —tanto visibles como espirituales— de
aquel fatídico agosto de 1945”.
El Pontífice
saluda cordialmente a quienes se reúnen en esta conmemoración y expresa “sentimientos
de respeto y afecto hacia los hibakusha, los sobrevivientes, cuyas historias de
pérdida y sufrimiento son un llamado oportuno para todos nosotros a construir
un mundo más seguro y fomentar un clima de paz”.
Cita también al
doctor Takashi Nagai, sobreviviente de Nagasaki, quien escribió: “La
persona del amor es la persona del ‘valor’ que no porta armas”. A
partir de esta propuesta, el Papa afirma que la paz verdadera exige el valiente
abandono de las armas, especialmente de aquellas capaces de provocar una
catástrofe indescriptible. “Las armas nucleares ofenden nuestra
humanidad compartida y traicionan la dignidad de la creación”, subraya.
En un mundo
marcado por crecientes tensiones y conflictos, Prevost sostiene que Hiroshima y
Nagasaki se erigen como “símbolos de la memoria” que nos
invitan a rechazar “la ilusión de una seguridad fundada en la
destrucción mutua asegurada.” Propone, en cambio, construir “una
ética global enraizada en la justicia, la fraternidad y el bien común”.
El Papa
concluye su mensaje con una plegaria: que este aniversario impulse a la
comunidad internacional a renovar su compromiso con “una paz desarmada
y desarmante”, en favor de toda la familia humana.
Vatican News