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La parroquia de San Ignacio de Ponferrada. Dominio público |
Un juez
ha ordenado silenciar unas campanas centenarias en el corazón de Ponferrada
tras una denuncia vecinal por estrés acústico. La resolución, inédita, abre un
debate entre la tradición y el bienestar vecinal.
Un juez del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Astorga -todavía
recurrible- ha ordenado silenciar las campanas de la iglesia de San Ignacio, en
el centro de Ponferrada, como medida provisional tras una denuncia vecinal por
estrés acústico.
La sentencia, que obliga al obispado de Astorga tanto a suspender los
repiques como a indemnizar con 1.000 euros al denunciante, ha desatado un
intenso debate sobre cómo conciliar la identidad cultural y el descanso
ciudadano.
La orden judicial responde a que los toques de campana, que marcaban horas,
medias, cuartos y celebraciones religiosas, se producían hasta 70 veces
al día. Mediante informes acústicos se demostró que los niveles
sonoros superaban los límites establecidos por la Ley del Ruido de Castilla y
León: hasta 27 decibelios por encima en el interior, y 23
en el exterior del domicilio del denunciante.
La resolución también incluye una compensación económica por daños morales
de 1.000 euros.
La resolución judicial no hace distinción entre los toques de campanas para dar la hora y los del llamamiento al culto, pues considera que ambos deben someterse a la legislación y no reconoce ninguna excepción, señala el Faro Astorgano.
El obispado acata
Aunque el Obispado de Astorga presentó recurso, el juez ordenó la ejecución provisional de la sentencia; por ello, desde el 1 de agosto, las campanas permanecen en silencio hasta nuevo aviso.