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Dominicas de Lerma |
Para trabajar con la imprenta es
necesario contar con una buena guillotina. He visto varias veces a la Priora
utilizarla y siempre me encanta la seguridad que tiene la máquina. Es una
cuchilla con fuerza eléctrica capaz de cortar 500 folios a la vez.
Solo se puede activar el funcionamiento
de la cuchilla apretando dos botones simultáneamente: uno a la derecha y otro a
la izquierda. Por tanto, para presionar los botones, la propia máquina te
obliga a tener las dos manos fuera de la zona de corte.
Nosotros también tenemos dos “botones”
que nos aportan estas dos cosas: por un lado, la seguridad que necesitamos para
ser felices; y por otro, la mejor manera de “activar” nuestra maquinaria: ¡la
oración y el amor!
En la oración lo recibimos todo del
Señor, para después poder darlo a todos a través del amor. Son nuestros dos
botones de acción. En la oración volvemos continuamente a experimentar la paz
del Señor y la alegría que nos llena el corazón. Pero esto no puede quedarse en
nosotros, porque nos desborda y se derrama de mil maneras hacia los demás.
En cambio, cuando algo nos preocupa, nos
bloquea o nos resta libertad y paz, la alegría se ve mermada, y con ello
nuestra capacidad de amar. Necesitamos acudir al Señor para que ponga cada cosa
en su sitio dentro de nuestro corazón. Y claro, si solo accionamos uno de los
dos botones, no funcionamos bien.
Accionar los dos botones es, además,
nuestra seguridad, porque de esta forma viviremos una entrega libre sin que nos
queme, y la oración será como esa fuente de agua fresca que nos renueva para
reemprender el camino.
Jesús, a lo largo de sus años de vida
pública, tenía tiempo para todo. Se acercaba a todos, curaba a muchos, atendía
las necesidades de quienes acudían a Él y enseñaba a sus discípulos; pero
siempre sabía encontrar esos momentos tan importantes para estar a solas con su
Padre.
Hoy, el reto del amor es orar y amar. Él
mismo nos ha dado esta clave para ser felices.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
12 agosto 2025
Fuente: Dominicas de Lerma