TRES SACRAMENTOS QUE NECESITAS PARA PODER CASARTE

Es por una cuestión práctica y pastoral que la Iglesia pide tener estos sacramentos a quienes desean contraer matrimonio. Te explicamos a continuación

Vadim Denisov

Contraer matrimonio es una decisión fundamental que muchas parejas toman cuando desean hacer una vida en común. Y tratándose de la boda por la Iglesia, se requiere que los contrayentes hayan recibido previamente tres sacramentos, por una cuestión pastoral, por supuesto, pero también práctica. Te contamos.

Sacramentos de iniciación cristiana

El comienzo de la vida del cristiano queda marcado con los sacramentos de iniciación, que son tres: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Así lo afirma el Catecismo de la Iglesia católica:

La iniciación cristiana se realiza mediante el conjunto de tres sacramentos: el Bautismo, que es el comienzo de la vida nueva; la Confirmación, que es su afianzamiento; y la Eucaristía, que alimenta al discípulo con el Cuerpo y la Sangre de Cristo para ser transformado en Él (CEC 1275).

Además, debe quedar claro que el Bautismo, la "puerta de entrada" a la Iglesia católica, es indispensable para recibir cualquier otro sacramento, tal como leemos en el Código de Derecho Canónico (CIC):

Quien no ha recibido el bautismo, no puede ser admitido válidamente a los demás sacramentos (CIC 842 § 1).   

Los sacramentos del bautismo, de la confirmación y de la santísima Eucaristía están tan íntimamente unidos entre sí, que todos son necesarios para la plena iniciación cristiana (CIC 842 § 2).   

Confirmación y Eucaristía

Ahora bien, antes de casarse, el CIC marca puntualmente que, los bautizados que desean contraer matrimonio, deben recibir los otros dos sacramentos, si es que todavía no los tienen:

Los católicos aún no confirmados deben recibir el sacramento de la confirmación antes de ser admitidos al matrimonio, si ello es posible sin dificultad grave (CIC 1065  § 1).

Para que reciban fructuosamente el sacramento del matrimonio, se recomienda encarecidamente que los contrayentes acudan a los sacramentos de la penitencia y de la santísima Eucaristía (CIC 1065  § 2).

La cuestión práctica

Indudablemente, los católicos adultos en la fe deben estar bien catequizados para casarse, entendiendo su responsabilidad y la gravedad del sacramento. Sin embargo, la Iglesia lleva un orden en este proceso para asegurar, lo mejor posible, que los contrayentes se unan libre y voluntariamente.

Por eso es necesario comentar que cada vez que una persona recibe un sacramento, el párroco que lo ha administrado envía a la parroquia de origen una notificación para que se anote en el libro del Bautismo.

Eso da la certeza de que no habrá confusión o incluso un acto de mala fe, pues todo queda registrado en el libro: Confirmación, matrimonio e incluso una nulidad matrimonial.

De este modo, se comprueba que la persona no se ha casado con anterioridad. Esta es la razón por la que los trámites son algo largos, pues se realiza una investigación que requiere tiempo, pero estemos seguros de que siempre se hará buscando el bien de los contrayentes.

Mónica Muñoz

Fuente: Aleteia