![]() |
Fachada del hospital donde está ingresado Ignacio. Foto: ABC. Dominio público |
Pedro Pablo y Carmen Gloria Gonzálvez, un matrimonio de Murcia, se encontraban rezando junto con otros dos de sus hijos en la UCI por Ignacio, de 15 años, hospitalizado en el Bambino Gesù por un linfoma grave al sentirse mal durante el Jubileo de los Jóvenes, cuando vieron llegar inesperadamente al Papa.
Cuenta Salvatore Cernuzio en Vatican News que «tenían los ojos cerrados, y un sacerdote que los acompañaba tuvo que darles un codazo cuando el Papa León XIV llegó sin previo aviso al centro hospitalario para ofrecer su consuelo personal a este chico, por quien había pedido que rezasen al millón de jóvenes congregados en Tor Vergata la noche de la vigilia. Ignacio, que había llegado con su comunidad del Camino Neocatecumenal desde Murcia a Roma para el evento, sufrió un fuerte dolor en el pecho y requirió una hospitalización urgente. Su familia espera e implora a Dios que obre «un milagro».
El Pontífice pasó aproximadamente media hora con la familia antes de visitar a otros pacientes del área de oncología. Con la familia de Ignacio rezó el avemaría y el padrenuestro, dio a cada uno la bendición y les habló del Evangelio, la vida eterna y la voluntad de Dios. «Estamos hechos para el cielo», les dijo. «Nos ayudó mucho; nos dio una palabra. Fue increíble», dijo el padre, emocionado, por teléfono con los medios vaticanos. León XIV «nos dijo que lo importante es hacer la voluntad de Dios, que nuestro verdadero lugar es la vida eterna en el cielo. Esto nos reconfortó, porque somos personas que intentamos vivir nuestra fe y sabemos que es la verdad. Y en momentos de tanto sufrimiento, oír al Papa venir y darte una palabra así es… lo mejor que nos pudo haber pasado».
La madre, profundamente conmovida, también agradeció al Papa este gesto: «Me dijo que, si Ignacio ha venido hasta Roma, él podía venir hasta el hospital a verlo. Fueron palabras sencillas, pero llenas de cariño». «El Papa —recalcaba Carmen Gloria— nos dijo que esto es un misterio y que, a pesar de muchas cosas que no entendemos, sabemos que Dios está ahí y quiere lo mejor para todos. Como madre, vi que Jesucristo se acercó a mí y me dijo: «No estás sola». Eso fue lo que significó para mí la presencia del Papa en el hospital: la confirmación de que Dios no nos ha abandonado».
Tras la visita del Papa, innumerables mensajes y muestras de apoyo han llegado a los Gonzálvez en las últimas horas: «Nuestra historia está moviendo a muchos corazones; muchos jóvenes están rezando por este hijo mío», explicó la madre. «Es obra del Espíritu Santo. No somos nada, una familia como muchas otras… Y ver a tanta gente rezando, a tanta gente interesada, y que el propio Papa haya venido, es un gran consuelo».
Fuente: Alfa y Omega