¿SABES CUÁL ES EL LIBRO CATÓLICO MÁS LEÍDO DESPUÉS DE LA BIBLIA?

 Un devocionario que nos anima a desapegarnos de lo terrenal y vivir tratando de agradar Dios. La recomendación del escritor Claudio de Castro y que ya contabiliza más de 3.000 ediciones

Dominio público
Seguro que no te es familiar el nombre de su autor: Thomas  Hämmerlein o como se le conoció en adelante: Thomas van Kempen.

Fue un sacerdote agustino del siglo XV con una espiritualidad profunda y un gran amor a la Iglesia y a Jesús Sacramentado.

Escribió una obra de devoción para enfervorizar la vida espiritual de los frailes y los monjes de la época, que fue alabada por santa Teresa y por el mismo Don Bosco.

Los orígenes

Es curioso que a muchas personas solían reconocerlos por el lugar donde nacieron o vivieron y terminaba siendo su apellido, así ocurrió con Jesús a quien suelen llamarle Jesús de Nazaret, Leonardo da Vinci (Vinci es una localidad de la Toscana en Italia), Teresa de Ávila, San Francisco de Asís. Incluso se aplica a personajes literarios como Don Quijote de la Mancha.

Hay una ciudad al norte de España llamada Castro Urdiales conocida comúnmente como Castro. Me dicen que de allí proviene mi familia. Por eso mi apellido, De Castro o «que proviene del pueblo Castro».

Nuestro autor, al que miles de almas les deben tanto, no fue la excepción. ¿Será por eso que lo llamaron Thomas Hemerken de Kempen (Kempis)? Terminó siendo conocido como Tomás de Kempis.

¿Su obra? La Imitación de Cristo.

La imitación de Cristo

Me gusta mucho recomendar a nuestros lectores en Aleteia la lectura de libros edificantes que los ayuden a crecer espiritualmente y a conocer mejor nuestra santa religión.

Decía don Bosco que nada hace tanto bien al alma como la lectura de un buen libro de espiritualidad. Hoy quiero recomendarte que leas La imitación de Cristo, escrito por Tomás de Kempis.

Conseguirlo es muy fácil. Está a la venta en Internet y en casi todas las librerías católicas. Llama a la librería más cercana a tu casa o tu trabajo y pregunta por La imitación de Cristo.

Es el libro que sostenía mi papá a la hora de su muerte y que tanto lo consoló en medio de su dolorosa enfermedad. Le enseñó a aceptarla y ofrecer todos sus padecimientos por el bien de las almas.

El Kempis lleva ya más de 3.000 ediciones desde que se publicó por vez primera.

Meditaciones que mejoran tu vida

Esta mañana justo leí lo que posteó del libro de Kempis y pensé: «Cuánta verdad. Debo escribir sobre este libro e invitar a los lectores de Aleteia a que lo lean».

Te copiaré fragmentos lo que leí. Es un capítulo del libro que habla de la Eucaristía.

Me animo a pedirte que medites un momento en lo que vas a leer:

¿Cómo prepararse para acoger a Dios?

Noé, varón justo, trabajó cien años en fabricar una arca para guarecerse en ella con pocas personas: ¿pues cómo podré yo en una hora prepararme para recibir con reverencia al que fabricó el mundo?

Moisés, tu gran siervo y tu amigo especial, hizo una arca de madera incorruptible, y la guarneció de oro purísimo para poner en ella las tablas de la Ley; ¿y yo, criatura podrida, osaré recibirte tan fácilmente a Ti, hacedor de la ley y dador de la vida?

Salomón, el más sabio de los reyes de Israel, edificó en siete años, en honor de tu nombre, un magnífico templo. Celebró ocho días la fiesta de su dedicación, ofreció mil hostias pacíficas, y colocó solemnemente el Arca del Testamento, con músicas y regocijos, en el lugar que le estaba preparado. Y yo, miserable y más pobre de los hombres, ¿cómo te introduciré en mi casa, que difícilmente estoy con devoción media hora? Y ¡ojalá que alguna vez gastase bien media hora!

Hospedar al Señor de los ángeles

¡Oh Dios mío! ¿Qué no hicieron aquellos por agradarte? Mas ¡ay de mí! ¡Cuán poco es lo que yo hago! ¡Qué corto tiempo gasto en prepararme para la Comunión! Rara vez estoy del todo recogido, y rarísima me veo libre de toda distracción.

Y en verdad, que en tu saludable y divina presencia no debiera ocurrirme pensamiento alguno poco decente, ni ocuparme criatura alguna; porque no voy a hospedar a algún ángel, sino al Señor de los ángeles.

Una presencia única

Muchos corren a diversos lugares para visitar las reliquias de los Santos, y se maravillan de oír sus hechos, miran los grandes edificios de los templos, y besan los sagrados huesos guardados en oro y seda. Y Tú estás aquí presente delante de mí en el altar, Dios mío, Santo de los Santos, Creador de los hombres y Señor de los ángeles.

Amable lector, desde el país que lees estas palabras, por favor, no dejes solo a Jesús Sacramentado.

Anda a visitarlo en el sagrario más cercano a tu casa. Lleva La imitación de Cristo. Su lectura es edificante te ayudará. Y un favor. Cuando vayas dile: «Señor, Claudio te manda saludos».

¡Dios te bendiga!

Claudio de Castro

Fuente: Aleteia