La iniciativa invita a los cristianos a encontrarse con el Señor a través de la peregrinación, la sanación y la evangelización
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| Crédito: Daniel Ibáñez/ EWTN News | 
Este miércoles
se presentó en el Vaticano un proyecto concebido como una auténtica “revolución
espiritual” promovido por jóvenes cristianos de toda Europa que, en su
búsqueda de sentido, aspiran a situar a Cristo en el centro de sus vidas y, con
esperanza, devolver el alma al Viejo Continente.
Esta iniciativa
comenzó a gestarse hace ya dos años, cuando la Providencia inspiró en la mente
y el corazón de Mons. Mikel Garciandía —Obispo de Palencia (España) y antiguo
rector del Santuario de San Miguel en Navarra— la posibilidad de coordinar la
participación de los jóvenes en un proyecto a través de la Red de Santuarios de
San Miguel de Europa. 
Sin embargo, lo
que en un principio parecía que iba a concluir en el Jubileo de la Esperanza
2025, ha tomado una dimensión internacional y un horizonte más amplio, con la
mirada puesta en el Jubileo de la Redención 2033, que se celebrará en
Jerusalén. “Están sucediendo cosas que hace un mes parecían imposibles”,
comentó Mons. Garciandía durante la presentación de esta mañana.
Con el respaldo
de la Subcomisión Episcopal para la Juventud y la Infancia de la Conferencia
Episcopal Española, así como del Arzobispado de Santiago de Compostela, la
Iglesia en Jerusalén y, más recientemente, el Vaticano, ha nacido esta
propuesta que invita a los jóvenes cristianos de todo el continente a abrir un
camino de fe y esperanza para una nueva generación europea.
Así nació Roma
25, Santiago 27, Jerusalén 33, un proyecto creado por jóvenes y para los
jóvenes, incluso para aquellos que no creen, pero que, sin embargo, buscan un
sentido para sus vidas. En concreto, la iniciativa invita a los cristianos a
encontrarse con el Señor a través de la peregrinación, la sanación y la
evangelización.
Además, el
pasado mes de junio, los impulsores del proyecto presentaron
la iniciativa al Papa León XIV. “Tenemos la convicción de que es un
defensor del proyecto”, afirmó este miércoles Mons. Garciandía, quien añadió
que esa certeza es la que les ha llevado a presentarlo oficialmente hoy en el
Vaticano.
“Europa
puede reencontrar su alma si se atreve a escucharla”
Durante estos
meses se celebran peregrinaciones locales en toda Europa, que culminarán el 1
de agosto de 2025 con la proclamación de un “Manifiesto de los Jóvenes
Cristianos de Europa” en la Basílica de Santa María in Trastevere, en Roma, y
que ha sido publicado este 2 de julio.
MANIFIESTO 
UNA REVOLUCIÓN
DEL ESPÍRITU JOVEN
No somos
turistas de lo espiritual. Somos peregrinos de sentido. Venimos con mochilas
llenas de dudas, heridas, canciones y esperanza. Y con una certeza en el
corazón: Cristo está vivo. Y nos llama. En un continente que parece haber
olvidado su alma, nosotros elegimos recordar. Recordar que fuimos creados para
la libertad, que hay belleza en seguir a Jesús, que el Evangelio no es pasado:
es fuego hoy, encendido por el Espíritu Santo
Nos levantamos
como generación: no perfecta, no uniforme, no ideológica. Sino humana,
sedienta, buscadora, creyente. Nos levantamos no para tener el poder, sino para
servir, amar, caminar. Queremos devolver a Europa sus raíces. Que los caminos
hablen de Dios. Que los santuarios no sean solo monumentos, sino lugares de
encuentro y transformación.
Creemos que el
amor de Dios sana. Que las heridas no nos invalidan: nos hacen reales. Que no
hay pecado que venza a la misericordia, ni oscuridad que resista la luz de
Cristo. Creemos en una Iglesia viva, joven, sin miedo, capaz de escuchar, de
abrir espacios, de confiar en los jóvenes sin domesticar su fe.
Elegimos
caminar. Porque seguir a Cristo no es quedarse quieto. Es dejar la comodidad,
el cinismo, el “me da igual”. Es ponerse en camino. De Roma iremos a Santiago.
De Santiago, a Jerusalén. Y de ahí… al mundo.
Elegimos
anunciar. No con discursos vacíos, sino con vidas auténticas. Con música,
redes, arte, silencio, presencia. Con una fe que no impone, pero propone. Con
alegría, profundidad y sentido. Elegimos sanar. Ser rostro de una Iglesia que
no juzga, sino que acoge. Donde nadie sobra. Donde nadie camina solo. Donde se
puede llorar, reír, volver a empezar.
Pedimos a la
Iglesia que confíe en nosotros. Que nos deje equivocarnos, servir, crecer. Que
nos ofrezca caminos reales, comunidades vivas, pastores que caminen con
nosotros. Pedimos a los jóvenes del mundo: no apaguéis vuestra sed. No os
conforméis con una vida sin verdad. No dejéis que os vendan una libertad vacía.
Venid. Caminad. Decid vuestro “sí”.
Desde Roma
proclamamos: ¡Jesús es el Señor! ¡Somos su generación! ¡Somos su Iglesia! No
somos un experimento. No somos un apéndice. Somos el presente de Dios para el
mundo
Y caminamos
hacia el futuro que no acaba: la vida eterna prometida por el Padre, ganada por
el Hijo, y sellada en nosotros por el Espíritu.
Y por eso
proclamamos este manifiesto: con nuestros pies en camino, con nuestros labios
en alabanza, y con nuestros corazones abiertos al Espíritu. ¡Somos testigos!
¡Somos peregrinos! ¡Somos Iglesia en marcha!
 Amén.
El corazón del
proyecto es la elaboración de este Manifiesto, discernido y redactado por miles
de jóvenes europeos: una “voz viva” de una generación “que no se rinde, que
cree, que sueña y, sobre todo, que ama”, como se afirma en la presentación del
documento.
“Este texto no
ha nacido en un despacho ni de una estrategia institucional. Nace de la herida
de una generación que ha sufrido, que busca sentido y que, aun así, cree.
Creemos que Cristo está vivo, que la Iglesia sigue siendo un hogar, y que
Europa puede reencontrar su alma si se atreve a escucharla”, afirmó esta mañana
Fernando Moscardó, portavoz de los jóvenes y uno de los coordinadores del
proyecto.
“La
revolución ha empezado, el Espíritu sopla”
Ante los medios
de comunicación reunidos en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el joven
español subrayó que “no venimos a hacer política”, sino a “proclamar el
Evangelio, a levantar con alegría una bandera que no es ideológica, sino
profundamente espiritual y eclesial”.
“Este
manifiesto es un acto de fe, y una llamada a la esperanza, es la voz de una
juventud que no queremos quedarnos al margen, que no tenemos decir con fuerza
que ‘queremos más’, queremos a Cristo en el centro (...) La revolución ha
empezado, el Espíritu sopla”, agregó.
El documento se
publicará en el sitio
web oficial del proyecto y se anima a firmarlo a todos aquellos
“que se sientan parte de él”. Además, toda la información, novedades y avances
de la iniciativa se darán a conocer a través de las redes sociales bajo el
nombre J2R2033 (Journey to Redemption 2033).
En la rueda de
prensa también participó el P. Antonio Ammirati, secretario general del Consejo
de Conferencias Episcopales de Europa, quien reiteró su apoyo a la iniciativa
para acompañar a los jóvenes en su “búsqueda de sentido”.
También contó
con la intervención, mediante un vídeo, del Cardenal Pierbattista Pizzaballa,
Patriarca latino de Jerusalén, donde concluirá el proyecto. El purpurado afirmó
que los jóvenes de la Iglesia en Tierra Santa “también quieren formar parte de
este hermoso proyecto”. 
Tras lamentar
que debido a la situación política y la guerra que asola esta región muchos
jóvenes no pueden peregrinar a Roma, aseguró sus oraciones para que “en el 2033
el mundo sea diferente y haya paz”. 
Devolver a
la peregrinación la dimensión religiosa
Mons. Graziano
Borgonovo, subsecretario del Dicasterio para la Evangelización, explicó el
significado de la palabra “peregrino” y reiteró que seguir a Cristo no
significa permanecer quietos, sino “ponerse en camino” para “anunciar el
Evangelio de Jesús, presente y vivo”.
Por su parte,
Mons. Paolo Giulietti, Arzobispo de Lucca (Italia), en representación de la
Conferencia Episcopal Italiana, señaló la necesidad de devolver a los lugares y
caminos de peregrinación su “dimensión religiosa”, confundida en ocasiones por
el consumismo y el turismo. “Estos lugares han nacido para la búsqueda
espiritual y celebración de la fe”, precisó el prelado italiano.
En la amplia
sesión informativa también participó —en conexión remota—, Mons. Francisco José
Prieto Fernández, Arzobispo de Santiago de Compostela, quien recordó la
invitación que San Juan Pablo II hizo a Europa para volver a sus raíces:
“Europa, sé tú misma”, exhortó en 1982 el Papa santo. 
El prelado
destacó el camino hacia el “horizonte de trascendencia” que presenta esta
iniciativa, una “metáfora preciosa del seguimiento a Cristo” a lo largo de la
vida. 
Por último,
Mons. Marco Gnavi, párroco de Santa Maria in Trastevere y anfitrión del acto
del 1 de agosto, cuando se presentará el Manifiesto en el día previo al Jubileo
de la Juventud, aseguró “estar sorprendido por el entusiasmo de los jóvenes”,
especialmente en una época “de cambios dolorosos”. 
“En un mundo
desesperado, lleno de conflictos, es importante estar orientados hacia el
horizonte”, remarcó el prelado, quien concibe este evento como “una parada de
oración y alegría” de los jóvenes, que volverán a casa “habiendo recibido algo
más”, una gracia especial.
Por Almudena
Martínez-Bordiú
Fuente: ACI Prensa
