Confianza
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Seguimos con el
arreglo de la tapia del monasterio, han tenido que hacerlo desde dentro, junto
a un camino donde todo son nogales. Me vino a la memoria que siendo novicia, mi
madre maestra me pidió plantarlos. Han crecido mucho, y de ellos recogemos mucho
fruto.
Para la
reparación de la tapia fue necesario quitar algunas ramas. Al principio nos
daba pena, pero ahora el paseo ha quedado genial. Ayer, mientras paseaba, le
decía al Señor que muchas veces uno tiene que elegir entre dos cosas buenas.
Otras veces, simplemente, las circunstancias se imponen, como ha sido en este
caso.
Creo que el
punto está en confiar en el Señor. Por lo general, queremos tener todo
controlado, entender lo que ocurre y, si es posible, anticiparnos… ¿a qué? No
lo sé muy bien.
Pero eso no es
confianza. La confianza nace de la sencillez del corazón, de saber que el Señor
te ama —hasta dar la vida por ti—, y que, a pesar de la oscuridad, Él está
contigo. Y en esta confianza tu corazón puede descansar, porque sabes que es el
Amor de Dios el que está detrás de todo.
Confiar implica
fortaleza, valentía; mientras que la desconfianza nace de experiencias pasadas.
Por eso, una y otra vez, Jesús en el Evangelio nos dice: “No tengas miedo.” Es
la frase que repite cuando está resucitado. Cuando la muerte ya ha sido vencida,
lo que Jesús nos dice es: “No tengas miedo. Confía en mí. Yo estoy contigo.”
Hoy, el reto
del amor es hacer dos actos de confianza: uno en el Señor y otro en una
persona. Porque la confianza en Dios siempre te llevará a confiar en los demás.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
18 julio 2025
Fuente: Dominicas de Lerma