ESPAÑA SE CONSOLIDA COMO UNO DE LOS PAÍSES QUE MÁS DONAN A LA MISIÓN DEL PAPA

El informe anual revela un notable incremento en 2024 en las donaciones destinadas a la misión universal del Pontífice y a sus obras de caridad, alcanzando los 58 millones de euros

León XIV en una audiencia/EFE

El fondo Óbolo de San Pedro, vital para la misión del Pontífice como Obispo de Roma y Cabeza de la Iglesia universal, así como para sus iniciativas caritativas en favor de los más necesitados, experimentó un significativo auge en 2024, recaudando 58 millones de euros, tal y como especifica Vatican News. Esta cifra representa un notable incremento de seis millones de euros respecto a los 52 millones de 2023.

Del total, 54,3 millones correspondieron a donaciones directas, complementadas con 3,7 millones en ingresos financieros y otras contribuciones. Las aportaciones llegan principalmente a través de las colectas organizadas en parroquias de todo el mundo con motivo de la solemnidad de San Pedro y San Pablo, canalizadas luego por diócesis y Representaciones Pontificias. Además, se reciben mediante transferencias bancarias o postales, cheques, donaciones en el sitio web oficial y legados testamentarios, en los que se especifica que los bienes se destinan al Óbolo o al mismo Papa.

¿De dónde provienen las donaciones?

Los ingresos provinieron de diversas fuentes: el 59% de las donaciones (31,8 millones) llegaron de diócesis, el 21% (12,2 millones) de fundaciones, el 16% (8,9 millones) de particulares y un 2,4% (1,4 millones) de institutos religiosos.

Por países, Estados Unidos se consolidó como el principal donante, aportando el 25,2% del total, seguido por Francia (15%), Italia (5,2%), Brasil (3%) y Alemania (2,8%). España, junto a naciones como Corea, México, Irlanda y Colombia, forma parte del grupo que contribuyó con el 15% restante de las donaciones, reafirmando su compromiso con la misión papal y situándose como un pilar fundamental en el apoyo global.

Un tesoro destinado a la misión y la caridad

En cuanto a los egresos, el informe anual detalla que fueron de 74,5 millones de euros. De esta suma, 61,2 millones de euros fueron cruciales para apoyar las actividades de la Santa Sede a través de sus dicasterios, sirviendo directamente a la misión apostólica del Papa. Esta contribución cubre aproximadamente el 17% de los gastos totales de la Santa Sede, que ascendieron a 367,4 millones de euros en 2024, abarcando áreas como la evangelización, el servicio caritativo, las nunciaturas apostólicas y el patrimonio histórico.

La otra parte significativa, 13,3 millones de euros, se dirigió directamente a financiar 239 proyectos de ayuda a los más necesitados en 66 países de todos los continentes. Estas iniciativas abarcan desde ayuda material a poblaciones afectadas por conflictos armados y países en vías de desarrollo, hasta respaldo a parroquias, diócesis e instituciones religiosas con necesidades particulares.

Entre los proyectos destacados figuran la construcción de un centro de formación misionera en Senegal, una iglesia parroquial en Perú, y un albergue para jóvenes en Tailandia. En Rumanía, se apoyó un centro de rehabilitación para personas con discapacidad; en Siria, un programa de asistencia sanitaria para familias vulnerables; y en Benín, la construcción de la sede de la Universidad Católica de África Occidental. La ayuda papal también llegó a Cuba, Angola e India, con proyectos de reparación de un monasterio, remodelación de un dormitorio y construcción de una casa para ancianos, respectivamente.

Una ayuda que llega a todo el mundo

Geográficamente, los fondos del Óbolo de San Pedro se distribuyeron en diversas regiones del mundo. En África se financiaron 64 proyectos con un total de 5,7 millones de euros, mientras que en Europa se destinaron 3,3 millones para 118 iniciativas. En América se apoyaron 26 proyectos con 1,9 millones de euros, y en Asia, 29 proyectos recibieron un total de 2,3 millones. Por último, en Oceanía se financiaron dos proyectos con una aportación inferior al millón de euros.

En Europa, una parte del fondo se destinó a becas para sacerdotes, seminaristas y religiosos de África, Hispanoamérica y Asia, permitiéndoles estudiar en universidades pontificias, y también se envió ayuda humanitaria a Ucrania.

Además de estos 13,3 millones directos, el Papa, a través de la Curia Romana, destinó otros 37,3 millones de euros a obras caritativas (de los cuales 6,2 millones provenían del Óbolo), elevando el total invertido en caridad a 50,6 millones de euros. El informe subraya que el Óbolo de San Pedro no solo financia la estructura de la Santa Sede, sino que es un instrumento concreto para la caridad del Papa, permitiéndole «tender la mano a los hermanos» y apoyar la evangelización y el desarrollo humano en todo el mundo.

María Rabell García

Fuente: El Debate