Jesús fue muy deliberado al usar las palabras "Padre nuestro que estás en los cielos", enseñándonos que cuando rezamos, debemos orar como parte de una comunión
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Fot. Wikimedia Commons | Dominio público |
¿Te has
preguntado alguna vez por qué rezamos el "Padre nuestro" y no el "Padre mío"? Jesús
podría habernos enseñado fácilmente una oración diferente, redactada de tal
manera que promoviera la oración devocional personal.
Sin embargo, no
lo hizo; y san Cipriano de Cartago se dio cuenta de esa elección de palabras.
Por qué
rezamos el "Padre Nuestro
San Cipriano lo
señala en un Tratado sobre el Padre
Nuestro que figura en el Oficio de
Lecturas de la Iglesia.
Explica que la
elección de las palabras tenía por objeto hacernos pensar en otras personas:
"Sobre
todo, el que predica la paz y la unidad no ha querido que recemos solos. No
decimos 'Padre mío, que estás en los cielos', ni 'dame hoy mi pan de cada día'.
No es para sí solo que cada uno pide que se le perdone, ni que se le deje caer
en la tentación, ni que se le libre del mal. Más bien, rezamos en público como
comunidad, y no por un individuo, sino por todos. Porque el pueblo de Dios es
uno.
Esta es una
lección importante ya que podemos tener tendencia a ser egoístas y mirar hacia
dentro. Jesús quiere que miremos hacia fuera y busquemos la paz y la armonía
con nuestra comunidad.
San Cipriano
amplía este concepto:
"Dios es,
pues, el maestro de la armonía, de la paz y de la unidad, y desea que cada uno
de nosotros ore por todos los hombres, así como Él soportó a todos los hombres
en sí mismo. Los tres jóvenes encerrados en el horno de fuego observaron esta
regla de oración. Unidos por el vínculo del Espíritu, elevaron juntos la misma
oración. El testimonio de la Sagrada Escritura nos describe este hecho, para
que los imitemos en nuestra oración. Entonces los tres se pusieron a
cantar al unísono, bendiciendo a Dios. Aunque Cristo aún no les había
enseñado a orar, hablaban como con una sola voz".
Vivir unidos
en el amor
Como seres
humanos, debemos estar unidos y pensar en los demás. Dios no quiere que sus
hijos vivan aislados, sino que sean una familia unida. Esto puede resultarnos
difícil, sobre todo cuando buscamos toda la división que hay en el mundo.
Sin embargo, si
de verdad queremos la paz en la tierra, tenemos que rezar el "Padre
nuestro" y no el "Padre mío".
Con el lema del
Papa León centrado en la comunión y la unidad, seguramente tendremos muchas
oportunidades de recordar esto durante su pontificado.
Philip Kosloski
Fuente:
Aleteia