En la mayoría de los países hispanohablantes ser católico —al menos de los conocidos como católicos “culturales”— es casi la norma. Así, es poco común encontrar a alguien que no haya sido, al menos, bautizado.
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Crédito: PUWADON SANG/Shutterstock. |
Érase una vez que España fue la que
llevó a tierras americanas la fe católica. Eso fue hace algo más de 500 años.
Pero no está tan lejos el junio de 1979 en el que el 90,3% de
españoles se declaraba católico, de acuerdo al barómetro del Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS). Exactamente 46 años después, el informe del
CIS de junio de este 2025 reporta que el 56,1% se considera
católico.
Es una tendencia global, ciertamente. Por ejemplo, México, el
país con más católicos hispanohablantes en el mundo, tenía un 92,6% de
católicos en 1980. Para 2020, de acuerdo al censo más reciente del
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el porcentaje se redujo
a 77,7%.
Ahora, tiene sus diferencias formar a una persona en la fe desde
pequeña, con un entorno familiar y social católico, que catequizar a alguien
que en la adultez se acerca a la Iglesia con más interrogantes que certezas.
La Iglesia Católica en España ensaya una
respuesta
El P. Jesús Úbeda Moreno, no es sólo
el vicario episcopal de Evangelización de la Diócesis de Getafe —sufragánea de
la Archidiócesis de Madrid—, sino que es también director del Área de
Primer Anuncio de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Y desde ahí
ensaya una respuesta de catequesis que se está extendiendo por el país.
Entrevistado por ACI Prensa, el P. Úbeda Moreno explica que en
la Diócesis de Getafe tienen un programa de dos años “para personas que no
saben nada de la Iglesia Católica”. A este, destaca, se pueden sumar también
“incluso bautizados que saben algo, pero quieren profundizar en su fe o tener
una experiencia de fe más viva, más familiar”, y es llamado “Programa para
discípulos misioneros”.
Este itinerario, señala, “tiene varios módulos”, partiendo de
que el “primer anuncio” que reciben estas personas que se quieren acercar a la
fe se produce con frecuencia a través de programas como el Curso Alpha y
los Retiros de Emaús.
Este tipo de experiencias tienen un “fuerte impacto” en las
personas, señala el sacerdote español, indicando que a continuación “comienzan
los procesos discipulares”.
“Los ‘neoconversos’ tienen mucha sed de
conocer la Palabra”
Lo primero, dice, es “un curso que llamamos ‘Curso básico de
cristianismo’, que dura 12 semanas, donde se dan los fundamentos de la fe”, y
que contiene “cosas muy esenciales para introducir ya en el mundo de la fe y
sobre todo que empiezan a comprender el calado y la profundidad de lo que les
ha pasado en el encuentro de primer anuncio”.
A esto le sigue un “curso de ocho semanas de introducción a la
Biblia también, porque vemos que los ‘neoconversos’ tienen mucha sed de conocer
la Palabra”, por lo que desde la Iglesia les proveen de “herramientas para
poder comprender la Palabra".
Con esos cursos pasa prácticamente un primer año de formación en
la fe, señala el P. Úbeda Moreno. Durante el segundo año se realizan “reuniones
también semanales, con un esquema parecido”.
En este proceso, profundizan en el Credo, y entienden que la
católica es “una fe que se cree, una fe que se ora, una fe que se vive y una fe
que se celebra”.
También tienen un “encuentro propiamente de oración, con una
dinámica muy fuerte” y una semana dedicada a la convivencia.
Entre diversos momentos de celebración y “ritos de paso”, tienen
un momento clave en la Vigilia Pascual, liturgia en la que tradicionalmente
quienes son recibidos en la Iglesia Católica reciben los sacramentos de la
iniciación cristiana: el Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación.
Al final de ese proceso, señala, se realiza “un retiro de fin de
semana donde dan el paso definitivo para ser discípulos misioneros”.
Pero esto no acaba ahí. Se forman “pequeñas comunidades, también
con un itinerario formativo y oración propiamente también creado”, explica.
La evangelización a través de los
movimientos y un nuevo desafío
El P. Jesús Úbeda Moreno indica que tras el Concilio Vaticano
II, en la mayoría de los casos, “los procesos de conversión y discipulares se
han dado fundamentalmente en los movimientos” y nuevas realidades en la
Iglesia, como son el Camino Neocatecumenal, los Focolares, Comunión y
Liberación y Renovación Carismática.
Se trata, señala, de “realidades que empezaron a tener su propio
ámbito de anuncio de la fe, pero también de acompañamiento con sus itinerarios,
con sus propuestas”, de tal forma que “en España, fundamentalmente, los
cristianos adultos que hay ahora mismo han sido generados en ámbitos de
movimientos y realidades eclesiales. Esa es una cosa que hay que reconocer
absolutamente”.
“Hasta hace más o menos 15, 20 años, todo esto lo han hecho los
movimientos”, insiste, señalando que en los últimos años “están naciendo nuevas
formas de primer anuncio, de anuncio de la fe explícita, que están generando
experiencias de conversión, pero que no están vinculadas a ningún movimiento”.
En muchos de estos casos, los recién conversos terminaban su
incorporación a la Iglesia y eran enviados a sus parroquias, donde con
frecuencia los sacerdotes no tenían “una propuesta adecuada para continuar el
proceso de formación, de acompañamiento”, pues las parroquias no tenían “la
capacidad de acoger y acompañar esos procesos de primer anuncio”.
En esos casos, lamenta, “la gente no perseveraba. Era como una
especie de desconexión de la experiencia que estaban haciendo a la experiencia
que luego les ofrecíamos de seguimiento”.
“Cambiar la propuesta”
El sacerdote español indica que lo que han hecho, desde la
Diócesis de Getafe, “es cambiar la propuesta que hacíamos después del primer
anuncio con una más adecuada, más correspondiente a la experiencia de anuncio
que habían tenido. Y esto ahora está funcionando muy bien”.
“Tienen un encuentro mensual de un poco de acompañamiento
espiritual personal. Les ofrecemos a los que están bautizados una confesión
mensual. Les ofrecemos retiros en Cuaresma, retiros de Adviento”, continúa.
“Les ofrecemos también una actividad caritativa que les empieza
a educar en la gratuidad y también tenemos unos ejercicios espirituales un poco
adaptados a ellos, o sea, a la formación discipular que se ofrece”.
De Getafe para España entera
Si bien el programa comenzó en Getafe, se está extendiendo ya
por otras diócesis españolas. Y el sacerdote español, desde su función en la
CEE, se encarga “de ofrecerlo, de darlo a conocer”. Es el caso, destaca el P.
Úbeda Moreno, de las diócesis de Jaén y de Orihuela-Alicante.
Y recientemente fue a Vitoria, para “hacer un curso con los
sacerdotes de dos días para enseñarles a hacer estas cosas”.
“En Vitoria, aquí, ahora, por ejemplo, están muy fuertes y van a
empezar ya en septiembre con el proceso y están muy entusiasmados”, asegura.
Por David Ramos
Fuente: ACI