Se curó en 2009, la Iglesia reconoce ahora el milagro; en esta entrevista, cuenta lo que pasó
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Este mes de
abril de 2025 la Iglesia ha reconocido como un milagro por la intercesión de
la Virgen de Lourdes la sanación de la italiana
Antonietta Raco, que vivió una experiencia especial en las piscinas de
Lourdes en 2009 y se curó repentinamente de su esclerosis múltiple, una esclerosis
lateral primaria que durante 4 años había ido empeorando.
La Iglesia ha
esperado estos años para confirmar que la curación era total y definitiva.
Es el milagro número 72 que la Iglesia reconoce en el santuario (aunque
muchas más personas han declarado mejorías, curaciones, conversiones, etc…)
En la catedral
de Maria Annunziatta, en la diócesis italiana de Tursi, donde vive
Antonietta, el obispo Vincenzo Orofino puso su firma solemne en una
ceremonia en abril, en la Misa Crismal, reconociendo el carácter
milagroso de la curación. Vito Salinaro, del diario Avvenire, acudió a
Francavilla in Sinni (Potenza, Italia) a hablar con la milagrada.
El periodista
destaca la «serenidad cotidiana» en los ojos de Antonietta,
que hoy tiene 67 años.
En la catedral,
en el acto solemne, el obispo la abraza y le dice que aquel hecho inexplicable
de 2009, 16 años antes, es ya oficialmente reconocido como milagro. Una pequeña
multitud de periodistas quiere hablar con ella.
«Quizás no lo
demuestre, pero en realidad siento una gran emoción por lo que sucedió durante
la Misa Crismal del miércoles, en Tursi, donde el obispo habló de un signo
divino de curación. Soy consciente de lo que pasó. Pero sinceramente os digo
que para mí nada ha cambiado [estos días]», explica la milagrada.
El cambio fue
el 2009, explica. «Era el 5 de agosto de 2009, cuando, después de 4 años, me
levanté de la silla de ruedas y comencé a caminar nuevamente. Pero yo
ya era creyente, mi fe sólo se fortaleció», detalla.
El momento
exacto de la curación: dolor, alivio y una voz
En realidad, en
2009 acudió a Lourdes más bien para orar por una niña que conocía con
ELA. Para ella misma, que llevaba cuatro años de enfermedad, sólo
pedía paz para afrontarla. Estaba entonces impresionada por casos de
pacientes terminales a quienes se les había retirado el soporte vital.
«A finales de
julio [de 2009] participé en una peregrinación con Unitalsi, no necesariamente
para que rezaran por mí. Cuando llegó mi turno en la piscina, tres
‘damas’ me ayudaron a entrar al agua. Poco después, dos se alejaron,
mientras una continuó ayudándome. Entonces esta señora también se alejó un poco
de mí. Y he aquí que fue entonces cuando sentí la presencia de otra
persona sujetándome el cuello. Entonces, con dificultad, intenté darme
la vuelta pero no había nadie allí».
«Luego sentí un
gran dolor en ambas piernas. Y después una sensación de alivio envolvente. En
ese momento oí, a mi izquierda, una hermosa voz femenina: era suave,
ligera. Nunca había oído nada igual. Me dijo: ‘¡No tengas miedo, no
tengas miedo!’ Pero yo estaba temblando, temblaba de miedo. Algo inexplicable
estaba sucediendo, además porque sólo yo podía escuchar esa voz. No sabía en
absoluto que estaba curada».
Por ese miedo,
explica, en ese momento no se lo contó a nadie. Siguió usando la silla de
ruedas. «Algo le había pasado a mi cuerpo pero tenía miedo, no podía
revelarme a mí misma ni a mis seres queridos qué era. Después de todo,
nuestra fe no se basa en hechos que deban exhibirse».
Volvió a casa.
Unos días después, en la tarde del 5 de agosto, «estaba viendo la televisión
sentada en el sofá, con mi marido a mi lado, cuando esa voz, la voz de Lourdes,
regresó. ¡Qué miedo! “Llama a tu marido”, me dijo, “díselo”. Pero ¿qué
se supone que debía decirle?, pensé. Estaba nervioso. Pero aún se oye la
voz: «Llama a tu marido y díselo». Entonces llamé a mi marido Antonio y
encontré la fuerza para intentar levantarme por mis propios medios. ¡Lo
hice! Di algunos pasos y luego incluso algunos giros. Mi marido no
podía creer lo que veía. Y le conté todo».
Su marido,
Antonio, llamó al médico local, y también avisaron al párroco, que entonces era
Franco La Canna (hoy es párroco en Chiaromonte). El párroco reunió la
información para comunicarla al obispo Francescantonio Nolè (fallecido en
2022).
El asombro
de los médicos
El médico dijo
que lo que veía no era razonable ni explicable. Encargó a Antonietta acudir al
centro de ELA del Hospital Molinette de Turín, donde ella había recibido sus
tratamientos.
Antonietta
entró caminando en el hospital, donde la conocían. «Los médicos, las
enfermeras que siempre me levantaban de la silla de ruedas para ponerme en una
cama, estaban inmóviles, observándome. El médico jefe, el profesor
Adriano Chiò, vino a recibirme. Se quedó impresionado. Me sometió a una
larga serie de pruebas. Finalmente, sin decir palabra, me abrazó y nos
emocionamos. La ciencia, señaló, no podía explicarlo».
Los médicos le
habían dicho que ella no tenía ninguna posibilidad de recuperación.
Desde entonces,
ha sido examinada muchas veces y por muchos médicos. Acudió al Bureau des
constatations médicales de Lourdes, la oficina médica oficial que examina este
tipo de casos en el santuario. «He sido evaluada por especialistas italianos
y extranjeros. También les dije que si mi historia puede ayudar a
entender mejor esta enfermedad, todas las pruebas son bienvenidas«.
La relación
con la Virgen María
Antonietta
explica su relación con la Virgen.
«Siempre he
considerado a la Virgen como una madre. En mi sencillez siempre he confiado en
ella. No niego que, después de lo que me pasó, siento esa presencia a
mi lado, como le puede pasar a todas las demás personas que confían en ella.
¿Yo elegida para un milagro? Somos solo un instrumento en las manos de Dios.
Por supuesto, cuando escuchaba los pasajes del Evangelio, oía historias de
milagros. Pero nunca piensas que aquellos acontecimientos, tan lejanos en el
tiempo, pudieran volver a ocurrir. En cambio, nuestra fe nos permite comprender
que Dios está siempre presente entre nosotros, entonces como ahora«.
Desde entonces,
Antonietta se ha hecho voluntaria de Unitalsi, la gran organización
italiana que desde 1903 lleva enfermos a Lourdes. Unitalsi tiene entre
6.000 y 7.000 voluntarios, pero sin duda Antonietta es una incorporación muy
especial.
«Han hecho
mucho por mí [en Unitalsi], con mucho cariño, y quiero hacer algo por los
demás. Sin su ayuda no habría tenido la oportunidad de ir a Lourdes. Pero eres
voluntario cada día, simplemente estando al lado de una persona que está
sufriendo, por ejemplo».
Hoy considera
que «Lourdes es mi casa. Y no hay un momento a lo largo del día en que mi
mente no regrese a su Gruta».
El mensaje
final de Antonietta es: «Nunca debemos perder la esperanza. La vida hay que
vivirla hasta el final».
LAS FECHAS
En Julio del
2010 Antonietta declaró su curación ante la oficina médica de Lourdes. Empieza
la investigación oficial de la oficina.
En el Año 2017,
en reunión de la oficina médica de Lourdes, constatan la curación de
Antonietta, calificada de inexplicable, según los conocimientos médicos.
En Noviembre
del año 2024, el Comité Médico Internacional de Lourdes, declaró que la Sra
Antonietta Raco estaba curada de su dolencia de ELP.
En abril de
2025 el obispo proclama el milagro.
Publicado
originariamente en el portal de noticias marianas CariFilii.es, a raíz de la
información en Avvenire, ampliada.
Fuente: ReligiónenLibertad