![]() |
Freedom Studio | Shutterstock |
A menudo
queremos hacer un "cambio" en nuestra vida, dedicándonos de nuevo a
Jesucristo y a vivir el estilo de vida del Evangelio. Aunque este es un
objetivo bueno y noble, debemos comprender lo que todo ello implica.
Para
"renacer" en la vida cristiana se requiere la "muerte" (o
muchas "muertes") a nuestros viejos y pecaminosos hábitos.
Esto puede ser
difícil, ya que nos gusta tener ambas cosas y tratar de vivir una vida
cristiana, mientras nos aferramos a nuestros pecados favoritos.
La muerte
conduce a una nueva vida
San Basilio
comenta esta realidad espiritual en su Libro sobre el Espíritu Santo, incluido en el Oficio de
Lecturas de Semana Santa:
Imitamos la
muerte de Cristo al ser sepultados con él en el bautismo. Si nos preguntamos
qué significa este tipo de sepultura y qué beneficio podemos esperar obtener de
ella, significa, ante todo, romper por completo con nuestra antigua forma
de vida , y nuestro Señor mismo dijo que esto no se puede lograr a menos
que el hombre nazca de nuevo. En otras palabras, tenemos que comenzar una nueva
vida, y no podemos hacerlo hasta que nuestra vida anterior haya llegado a
su fin.
Esto no solo se
aplica a aquellos que van a ser bautizados, sino a cualquier cristiano que
quiera comenzar de nuevo y dedicar plenamente su vida a Cristo.
Si de verdad
queremos cambiar, necesitamos precisamente eso: cambiar. Necesitamos abandonar
nuestros hábitos pecaminosos y no volver a caer en ellos.
Ciertamente
habrá momentos en que caeremos, pero en general necesitamos ser libres de
cualquier esclavitud al pecado.
San Basilio
continúa su comentario utilizando el ejemplo de alguien que corre una carrera:
Cuando los
corredores llegan al punto de inflexión en una carrera, deben hacer una breve
pausa antes de poder regresar en la dirección opuesta. Así también, cuando
deseamos invertir el rumbo de nuestras vidas, debe haber una pausa, o una
muerte , que marque el final de una vida y el comienzo de otra.
A veces este
tipo de muerte en nuestras vidas es drástica y significa dejar todo un estilo
de vida para buscar una vida en Cristo.
Otras veces
significará “pequeñas muertes” por varios pecados menores que nos mantienen
atados.
Hagamos lo que
hagamos, necesitamos “morir” a aquello que nos impide vivir en la gracia de
Dios.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia