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Dominio público |
¿Sabías que cualquier
sacerdote puede llegar a ser Papa y que hay toda una regulación detallada que
contempla esta opción? ¿O que los pactos entre cardenales para elegir al Sumo
Pontífice están prohibidos? ¿Y si el secretismo y hermetismo que implica la
elección del próximo Papa fuera la garantía para proteger la libertad de juicio
de los cardenales ante las presiones exteriores? ¿Es verdad que los cardenales
no pueden consultar la prensa durante el Cónclave?
Abordamos estas
y otras cuestiones que implican el proceso del Cónclave en esta entrevista en
una de las universidades del mundo más influyentes en la Santa Sede.
El cónclave evita cismas
«La
elección del Sumo Pontífice es la materia más regulada de todo el Derecho
Canónico, con todo tipo de detalles, dado que en la elección
tiene que estar garantizada su validez, puesto que de lo contrario, se podría
producir un cisma si alguien la impugnara. De ahí que haya que garantizar el
secreto y la independencia de cada cardenal respecto a los demás cardenales»,
señala D. Eduardo Baura, haciendo alusión a la Constitución Apostólica redactada
por San Juan Pablo II, Universi Dominici Gregis, promulgada en 1996,
ligeramente modificada por Benedicto XVI y Francisco.
Prohibido hacer pactos
«Hay
que entender que la Iglesia es en parte humana y en parte
sobrenatural, presente el Espíritu Santo. Dios cuenta con la
libertad de los hombres. En la elección del próximo Pontífice, a los cardenales
se les está permitido hablar y cambiar impresiones entre ellos, de ahí las
Congregaciones que se celebran previas al cónclave, pues deben ponerse de
acuerdo, pero está prohibido hacer pactos entre ellos que sean obligados,
puesto que es luego cada cardenal el que debe votar en conciencia», señala.
¿Por qué el cónclave es secreto?
A
nuestros ojos posmodernos, nos resulta incomprensible que el secretismo que
envuelve el cónclave pueda ser garantía de la libertad que necesitan los
cardenales para elegir al Papa que requiere la Iglesia. El profesor nos explica
el sentido de este secretismo: «Para entender el secreto hay que tener en
cuenta el sentido de la libertad y la unidad dentro de la Iglesia.
De tal forma que el secreto ayuda a la elección de los cardenales sin recibir
presiones del exterior, pues la historia de los cónclaves tiene muchos
episodios de recibir presiones por parte del poder civil para esta elección».
«No
hay que olvidar que la unidad de la Iglesia es fundamental.
El Papa es el padre común de toda la Iglesia, como sucesor de Pedro. Los fieles
ven así la elección de un Papa entre todos, sin mostrar división interna»,
señala.
Durante el cónclave: nada de periódicos
Por
otro lado, a nuestros ojos ultra tecnologizados nos cuesta comprender que los
cardenales durante el tiempo que dure el cónclave tienen
prohibido seguir los medios de comunicación y las
noticias, así como tener contacto con el exterior. ¿A qué se debe? «Desde la
parte espiritual, la elección del Papa es sobrenatural. De tal forma que todo
el pueblo de Dios está rezando para que elijan al Papa más idóneo. Hay toda una
liturgia que prevé el juramento ante Dios, una misa y un proceso de oración
continua. Por eso se entienden que estén aislados completamente porque es el
momento de escuchar al Espíritu Santo», explica.
De
ahí que desde 1492 se escogiera la Capilla Sixtina para
celebrar el cónclave: «Esta capilla además de la belleza artística,tiene un
retablo clave, que es el del Juicio Final. Y es precisamente para recordar y
que tengan presentes los cardenales, como explicó San Juan Pablo II, que están
bajo el juicio de Dios y no ante una mera decisión política».
Paula Ciordia. Roma
Fuente: OKDIARIO