EL ESCUDO DE LEÓN XIV YA LUCE EN LOS JARDINES VATICANOS

El escudo del Papa León XIV reproducido con flores, ya luce en los jardines vaticanos, frente al palacio de la Gobernación del Estado Vaticano, en la pendiente orientada hacia el ábside de la Basílica de San Pedro.

Escudo de León XIV en los jardines vaticanos. 
Crédito: Gobernación del Vaticano. Dominio público
Según informa el Estado Vaticano, los trabajadores que cuidan y mantienen los jardines han utilizado cientos de plantas de diferentes colores hasta completar el mosaico que podrá ser admirado por los fieles que suban hasta la cúpula de San Pedro. 

El trabajo ocupó los esfuerzos de los miembros del Servicio de Jardines y Medio Ambiente de la Dirección de Infraestructuras y Servicios del Vaticano durante dos semanas, en las que se han turnado, por lo general, dos trabajadores por día. 

Las partes comunes con el escudo del Papa Francisco, singularmente la mitra y las llaves cruzadas de oro y plata de San Pedro, se han mantenido utilizando Buxus sempervirens, variedad pumila, Euonymus Aureus y Helichrysum italicum

El color rojo de los cordones que unen las llaves se reproduce gracias al uso de dos plantas, según la estación: Iresine brillassima, en verano, y Viola cornuta, en invierno.

Detalle de la elaboración del escudo de León XIV en los
jardines vaticanos. Crédito: Gobernación del Vaticano.

El escudo de León XIV está tajado (dividido en diagonal de derecha a izquierda y de arriba a abajo). La partición superior tiene fondo azul en el que se inserta un lirio blanco, símbolos de la pureza de la Virgen y la devoción mariana del Pontífice. 

“Para reproducir el color azul se recuperaron 400 plántulas de Ageratum Blue Star del escudo de armas del Papa Francisco. El lirio fue creado con 50 plántulas de Helichrysum italicum reproducidas por esquejes”, detalla el Estado Vaticano.

La partición inferior del escudo, está dedicada a la condición de agustino del Papa León XIV, ya que sobre un fondo claro se ve, en rojo, el corazón atravesado por una flecha sobre un libro propio de la Orden de San Agustín. Para configurarlo se han utilizado plantas de Begonia semperflorens vida nocturna (fondo) e Iresine lindenii (corazón). 

Para reproducir el libro, fue necesaria la colaboración del Departamento de Herrería del Vaticano, que dio forma a una chapa en cuyo interior se han plantado ejemplares de lapilli rojo.

Por Nicolás de Cárdenas