San Juan Pablo II escribió mucho sobre María y su conexión con la Divina Misericordia en su encíclica Dives in Misericordia. Allí, escribe sobre cómo ella fue consciente de la misericordia de Dios en el momento de la Anunciación
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Tamara Kolesnyk "Pokrow Miłosierdzia" |
San Juan Pablo
II escribió mucho sobre María y su conexión con la Divina Misericordia en su
encíclica Dives in Misericordia. Allí, escribe sobre cómo ella fue consciente
de la misericordia de Dios en el momento de la Anunciación
Aunque muchos
católicos saben que San Juan Pablo II murió la víspera de la fiesta del Domingo
de la Divina Misericordia, un hecho poco conocido es que
inmediatamente después del Domingo de la Divina Misericordia de 2005 tuvo lugar
la fiesta de la Anunciación.
A menudo,
cuando el 25 de marzo cae en Semana Santa, su celebración se pospone hasta
después de la Octava de Pascua. Por eso, en 2005, la celebración litúrgica de
la Anunciación se trasladó al 4 de abril, la siguiente fecha disponible.
El arzobispo
Leonardo Sandri leyó la reflexión preparada por el Papa para el Domingo de la Divina
Misericordia, que incluía un breve párrafo que relacionaba la fiesta del
Domingo de la Divina Misericordia con la fiesta de la Anunciación.
Ver la
Divina Misericordia con los ojos de María
San Juan Pablo
II vio una profunda conexión entre estas dos fiestas:
"La
solemnidad litúrgica de la Anunciación, que celebraremos mañana, nos impulsa a
contemplar con los ojos de María el inmenso misterio de este amor
misericordioso que brota del Corazón de Cristo. Con su ayuda, podremos
comprender el verdadero sentido de la alegría pascual, que se basa en esta
certeza: Aquel a quien la Virgen llevó en su seno, que sufrió y murió por
nosotros, ha resucitado verdaderamente".
Para Juan Pablo
II, María puede ayudarnos a ver el amor que brota del costado traspasado de su
Hijo. Ella lo llevó en su propio vientre durante nueve meses y atesoró este
tiempo "en su corazón".
María, Madre
de Misericordia
San Juan Pablo
II escribió mucho sobre María y su conexión con la Divina Misericordia en su
encíclica Dives in Misericordia. Allí, escribe sobre cómo ella
fue consciente de la misericordia de Dios en el momento de la Anunciación:
"Estas
palabras de la Iglesia en Pascua se hacen eco en la plenitud de su contenido
profético de las palabras que María pronunció durante su visita a Isabel, la
esposa de Zacarías: 'Su misericordia es… de generación en generación'. En el
momento mismo de la Encarnación, estas palabras abren una nueva perspectiva de
la historia de la salvación".
Además, explica
por qué María es llamada "Madre de Misericordia":
"María es,
pues, la que conoce más profundamente el misterio de la misericordia de Dios.
Ella conoce su precio, sabe cuán grande es. En este sentido, la llamamos Madre
de la misericordia: Señora nuestra de la misericordia, o Madre de la
misericordia divina; en cada uno de estos títulos hay un profundo significado
teológico, pues expresan la especial preparación de su alma, de toda su
personalidad, para poder percibir, a través de los complejos acontecimientos,
primero de Israel, después de cada individuo y de toda la humanidad, aquella
misericordia de la que 'de generación en generación' los hombres se hacen
partícipes según el designio eterno de la Santísima Trinidad".
Las últimas
palabras de despedida de san Juan Pablo II a todos nosotros fueron que
miráramos a Jesús y a su Divina Misericordia, con María a nuestro lado. Ella es
la Madre de Misericordia, que conoce la misericordia de su Hijo en un nivel muy
íntimo y puede proporcionarnos una lente adecuada para ver la generosidad de su
Misericordia.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia