Este año, católicos, ortodoxos y las distintas ramas del protestantismo coinciden en su celebración de la Pascua y hacen de este Domingo de Resurrección la fiesta más importante del mundo
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| La tumba vacía de la iglesia del Santo Sepulcro |
Desde que en
1582 el Papa Gregorio XIII impulsó el cambio en el modo de contar los días y el
abandono progresivo del calendario juliano, hasta entonces vigente en todo el
orbe, la cristiandad ha celebrado dividida la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús. Una fiesta que, desde los días de los apóstoles y hasta ese momento, los
seguidores de Jesucristo habían vivido de forma conjunta para celebrar un
acontecimiento tan improbable como real: su resurrección de entre los muertos.
Así, mientras
la Iglesia católica, y la mayor parte de las ramas del cristianismo surgidas
tras la reforma protestante, conmemoran en la actualidad la Pascua el primer
domingo, después de la primera luna llena, tras el equinoccio de primavera, los
ortodoxos (que mantienen el calendario juliano) hacen lo propio... pero con una diferencia
de más de diez días en sus cálculos. Todos ellos buscan, aunque con un
conteo diferente, aproximar su conmemoración al día 14 del antiguo mes hebreo
de nisan, fecha de la última pascua judía que celebró Jesús, según el relato de
los evangelios.
La mayor
celebración del mundo
Este 2025, sin
embargo, todas las Iglesias cristianas coinciden en su celebración pascual. Un
hecho muy poco frecuente (a lo largo del siglo XXI, esta coincidencia se estima
que sólo ocurrirá en poco más de 20 ocasiones), y que supone que los más
de 2.400 millones de personas que en todo el mundo confiesan su fe en
Cristo celebran hoy, de forma conjunta, que Jesús ha resucitado.
Con un
importante matiz. Según los últimos datos del Pew Research Center y del World
Population Review, hoy el cristianismo es la religión más extendida y
practicada en el mundo, por delante de los 1.900 millones de
musulmanes o los 1.160 millones de hindúes. En total, más del 30 % de
la población mundial cree en Jesús, de los cuales, más de 1.400
millones son católicos. Unas cifras que convierten al Domingo de Resurrección
de este año en la celebración religiosa más importante y seguida del mundo.
Estas cifras,
sin embargo, no hacen más llevadera la celebración de la Pascua para los 365
millones de cristianos que en todo el mundo sufren altos niveles de
persecución y discriminación a causa de su fe. De hecho, el número de mártires
que dan su vida por no negar a Jesús es hoy incluso más elevado que en los
primeros siglos del cristianismo, y supera ya las persecuciones emprendidas
por Nerón o Diocleciano.
A los 1.700
años del Concilio de Nicea
Esta
coincidencia en las fechas no se repetirá hasta 2034 y han
llevado al Papa Francisco a mostrar su disposición a que se busque una
celebración conjunta, y permanente, de la Pascua entre católicos y ortodoxos.
Además, este
año se suma a la conmemoración de los 1.700 años del concilio de Nicea, la
primera gran reunión de sucesores de los apóstoles que se produjo en la
Historia. Aquel encuentro tuvo lugar en el año 325 d.C., contó con la
asistencia de padres de la Iglesia como san Jerónimo o san Atanasio y es
esencial para los cristianos actuales.
El motivo es
que el concilio de Nicea (setecientos años anterior al gran cisma de occidente,
que dividiría en dos a los cristianos, entre católicos y ortodoxos), hoy es
aceptado por las principales ramas del cristianismo y no sólo fijó la fecha de
la Pascua, sino que estableció las partes del Credo, y por tanto, el
núcleo esencial e irrenunciable de la fe cristiana.
José Antonio Méndez
Fuente: El Debate
