El Obispo Robert Barron, fundador del ministerio Word On Fire ha lanzado para esta Cuaresma 2025 tres preguntas que todo católico debe hacerse para vivir bien este “sagrado tiempo” de conversión
![]() |
ACI Prensa |
En un video
publicado el 8 de marzo, en el que reflexiona sobre el Evangelio que narra las
tres tentaciones a Jesús en el desierto, el Obispo de Winona-Rochester precisa
que la Cuaresma es un tiempo en el que, como decía el teólogo y filósofo
católico francés Blas Pascal, se deben hacer a un lado las “diversiones” que
alejan a la persona de Dios.
1. ¿En qué
medida el confort se ha convertido en muy importante para mí?
Mons. Barron
refiere que esta primera pregunta es la primera tentación, a la que llama “el
confort”, que está simbolizado en el “pan”, la “comida y bebida, confort,
placer sensual, todo eso. ¿Buenas en sí mismas? Sí”.
“Como lo he
dicho muchísimas veces, los católicos no somos puritanos, amamos las cosas de
este mundo, amamos la comida, la bebida, el sexo, y no hay nada malo con esas
cosas pero, pero, cuando se convierten en el summum bonum, el bien
mayor, se convierten en la estrella guía de tu vida, entonces tal vez sientes
la tentación que te aleja del camino que Dios quiere que sigas”, prosigue.
En lugar de
eso, señala el obispo, los católicos están llamados a ser “conductores de la
gracia divina hacia el mundo, esa es nuestra tarea. Ahora bien, puede tomar un
millón de formas diferentes, será tan única como cada individuo, pero la forma
básica es siempre la misma: ser conductor de la gracia divina al mundo”.
“Si dijera que
mi vida gira en torno al confort, entonces no encontraré ese camino, no seré un
conductor de la vida divina”, advierte.
2. ¿En qué
medida el poder y la libido dominandi se ha convertido en muy
importante para mí?
La segunda
tentación es la del poder que, según el obispo, no es malo en sí mismo: “Gente
muy buena puede ejercitar el poder por buenas razones. A Dios se lo describe
como Todopoderoso, así que no puede ser malo en sí mismo, pero ¿puede el poder
ser una tentación muy peligrosa para alejarnos del camino que Dios quiere que
sigamos? Seguro que sí”.
“San Agustín
describe al pecado como libido dominandi. Es latín para la ‘lujuria
de poder’, y de nuevo, les advierto, está presente en los niños pequeños,
pueden observarlo en las mayores figuras de la escena política. La lujuria de
poder es una tentación muy poderosa”.
“¿Nos atrae el
poder en todas sus manifestaciones? Si los atrae, no van a encontrar el camino
que Dios quiere que tomen. Escuchen, tal vez Dios los coloque en una posición
de poder —de acuerdo, está bien. En tanto utilicen ese poder para los
propósitos de Dios, no para los propios. Esa es la clave”, indica Mons. Barron.
3. ¿En qué
medida estoy intentando manipular a Dios para mis propósitos más que rendirme a
sus propósitos?
La tercera
tentación, en la que el diablo le dice a Jesús que, si es Hijo de Dios, se
lance desde lo alto del templo, se refiere a algo más sutil. “¿Qué es
exactamente esta tentación? Bueno, es utilizar a Dios para tus propios
propósitos. Aquí estoy, en la parte más alta del templo, soy el rey del mundo,
me voy a arrojar, y voy a obligar a Dios a que me proteja. Este es alguien que
está intentando usar y manipular a Dios”.
“Digo que es
sutil porque este es el pecado de la soberbia. Esto es lo que los maestros
espirituales reconocen como el pecado capital. La soberbia no es otra cosa que
hacer de mí mismo el centro del universo. Mi ego se convierte en un agujero
negro que atrae todas las cosas y todas las luces hacia sí, incluyendo a Dios”,
continúa.
“Cada vez que
dices, ‘Señor, ¿Por qué no estás haciendo cosas que me ayudan aquí?
¿Por qué las
cosas no se están resolviendo a mi conveniencia? Oro, y oro y oro, pero tú no
haces lo que quiero’. ¿Lo ven? Eso es una tentación de Dios; es una
manipulación de Dios”.
Entonces,
resalta el prelado estadounidense, “no se trata de lograr que Dios haga lo que
quiero; se trata de rendirse a los propósitos de Dios, sí, incluso cuando no
los comprendo por completo”.
Para concluir,
el obispo Barron alentó a ocupar “gran parte de estos próximos 40 días
enfrentando esas preguntas. Y Dios los bendiga”.
Por Walter Sánchez Silva
Fuente: ACI Prensa