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El Rey de España, Felipe VI, acude al besapié del Cristo de Medinaceli. Fuente: ACI. Dominio público |
Es la tercera vez que el monarca acude a cumplimentar la imagen
desde que accedió al trono. Las otras dos ocasiones sucedieron en 2018 y 2024.
La tradición de que acuda un miembro de la Familia Real el primer viernes de
marzo se remonta a 1682.
Un Cristo
rescatado
El Cristo de Medinaceli, también conocido como Nuestro Padre
Jesús de Medinaceli o Jesús Nazareno Rescatado, es una talla de autoría
anónima, pero atribuida a la escuela del cordobés Juan de Mesa.
Tallada en el siglo XVII, fue llevada a la ciudad de San Felipe
de la Mamora (actual Mehdía en Marruecos), para que recibiera culto de los
soldados que tomaron esa plaza en 1614.
Años después, la ciudad cayó en manos de las tropas de un sultán
y la imagen fue arrastrada por las calles como mofa. Un padre trinitario pidió
rescatarla al precio de tanto oro como su peso. Milagrosamente, en el momento
de ser pesada, la báscula arrojó un resultado mucho menor del esperado.
Llevada a Madrid en 1682, pronto ganó en devoción y poco años
después se creó la Congregación de Esclavos de Jesús Nazareno en torno a la
imagen. El apelativo “de Medinaceli”, se debe a que fueron los Duques de
Medinaceli quienes donaron los terrenos donde se erigió su primera
capilla.
La basílica, construida sobre un antiguo convento de los trinitarios,
fue derruida en 1920. Diez años más tarde se concluyeron las obras.
Dado que Madrid quedó en el bando republicano durante la Guerra
Civil Española, los vecinos ocultaron la imagen, que sin embargo fue
descubierta. Tras una estancia en Suiza, retornó tras la guerra.
La imagen, que preside el templo desde su camarín, suscita la
devoción de miles de fieles a lo largo del año, todos los viernes.
Por Nicolás de Cárdenas
Fuente: ACI