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Hospital Policlínico Gemelli de Roma Crédito: Victoria Cardiel/EWTN News |
Y añadió: “Mientras estoy aquí, pienso en tantas personas que,
de distintas maneras, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de
la presencia del Señor”.
El Santo Padre quiso recordar así a todas las personas que
sufren una enfermedad en estos momentos y señaló que todos necesitamos “el
‘milagro de la ternura’, que acompaña a los que están en la prueba, aportando
un poco de luz en la noche del dolor”.
Por ello, agradeció también todos los mensajes de cariño y las
oraciones que ha recibido durante estos días y señaló que se une desde el
hospital “espiritualmente a quienes participarán en los Ejercicios Espirituales
de la Curia Romana en los próximos días”.
Tras la celebración de la Misa del Jubileo del Mundo del
Voluntariado, para la que el Papa Francisco preparó una homilía que
leyó el prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, el
cardenal Michael Czerny, la Santa Sede ha difundido el texto que también
redactó para el Ángelus del primer domingo de Cuaresma.
El Santo Padre recordó que el “itinerario penitencial de
cuarenta días” nos llama “a la conversión del corazón y nos conduce a la
alegría de la Pascua”.
También deseó que sea un “tiempo de purificación y renovación
espiritual”, así como “un camino de crecimiento en la fe, la esperanza y la
caridad”.
En un mensaje enmarcado en el Jubileo del Mundo del
Voluntariado, el Pontífice aseguró que las sociedades actuales están “demasiado
esclavizadas a la lógica del mercado, donde todo corre el riesgo de someterse al
criterio del interés propio y de la búsqueda del beneficio”.
Por ello, reivindicó el voluntariado como “profecía y signo de
esperanza, porque testimonia la primacía de la gratuidad, de la solidaridad y
del servicio a los más necesitados”.
A continuación, mostró su gratitud a todos los voluntarios:
“¡Gracias por ofrecer vuestro tiempo y vuestras capacidades; gracias por la
cercanía y la ternura con que cuidáis de los demás, despertando en ellos la
esperanza!”.
El Santo Padre también pidió “el don de la paz, especialmente en
la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán y la
República Democrática del Congo”.
Asimismo, mostró “preocupación” ante el resurgimiento de la
violencia en algunas zonas de Siria.
“Espero que cese definitivamente, con pleno respeto de todos los
componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente de los civiles”,
reclamó también desde el hospital, encomendándose a la Virgen María.
Como cada mañana, a primera hora, la Oficina de Prensa de la
Santa Sede hizo saber que el Pontífice había pasado la noche “tranquila” y sin
sobresaltos.
Además, este sábado por la tarde, tras 48 horas sin
actualizaciones sobre sus condiciones clínicas, el equipo médico que lo atiende
en el hospital Policlínico Gemelli de Roma aseguró que en las últimas horas ha
presentado una “leve mejora gradual” y que “está respondiendo bien a la
terapia” antibiótica que le han prescrito para atajar la infección en los
pulmones.
Dentro del cuadro complejo que sufre el Santo Padre, quien en
las últimas semanas ha padecido varias crisis respiratorias agudas, los médicos
constataron como positiva la entrada de oxígeno y la salida de anhídrido
carbónico con la respiración.
Este domingo, al igual que ocurrió en la tarde del viernes, no
se prevé que la Oficina de Prensa de la Santa Sede publique un nuevo boletín
médico, ya que las condiciones del Papa Francisco continúan estables dentro de
la complejidad. Sin embargo, sí habrá informaciones sobre cómo transcurrió la
jornada.
Por Victoria Cardiel
Fuente: ACI