La esperanza cristiana es una virtud teologal que nos recuerda nuestro destino último de comunión con Dios por toda la eternidad. Veamos qué dice el Catecismo
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Tanto los
cristianos como los no cristianos hablan con frecuencia de la esperanza, que
tiene diversas definiciones. En la Iglesia católica, la esperanza es una virtud
teologal y debería formar parte esencial de la vida espiritual de todos.
Virtud
teologal
El Catecismo de la Iglesia Católica incluye la esperanza
en su sección sobre las virtudes. Es una de las tres principales "virtudes
teologales", junto con la fe y la caridad.
En particular,
el Catecismo define la esperanza como "la virtud teologal por la que
deseamos el reino de los cielos y la vida eterna como nuestra felicidad,
poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y contando no con nuestras
propias fuerzas, sino con la ayuda de la gracia del Espíritu Santo" (CEC 1817).
El Catecismo
también explica cómo la esperanza cristiana tiene un gran potencial para
alejarnos del desánimo y los sentimientos de desesperación:
"La virtud
de la esperanza responde a la aspiración a la felicidad que Dios ha puesto en
el corazón de todo hombre; recoge las esperanzas que inspiran las actividades
de los hombres y las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; aleja al
hombre del desaliento; lo sostiene en los momentos de abandono; abre su corazón
en la espera de la bienaventuranza eterna. Animado por la esperanza, es
preservado del egoísmo y conducido a la felicidad que brota de la
caridad".
- CEC 1818
Nuestro
destino final
La esperanza
cristiana nos orienta hacia nuestro destino final, el Cielo, confiando en las
promesas de Dios a su pueblo:
"Por
tanto, podemos esperar en la gloria del cielo prometida por Dios a los que le
aman y cumplen su voluntad. En toda circunstancia, cada uno de nosotros debe
esperar, con la gracia de Dios, perseverar "hasta el fin" y obtener
la alegría del cielo, como recompensa eterna de Dios por las buenas obras
realizadas con la gracia de Cristo".
- CEC 1821
Todos tenemos
necesidad de esperanza, y si necesitamos crecer en esperanza, podemos pedir a
la Virgen que interceda por nosotros y nos ayude a aumentar nuestra esperanza.
Fuente:
Aleteia