El Papa Francisco dijo a un grupo de religiosas que “la santidad es el objetivo esencial de nuestra vida”, recordando un discurso que San Juan Pablo II dirigió a la misma congregación hace 30 años.
El Papa Francisco en el Vaticano. Crédito: Daniel Ibáñez / EWTN News. |
Sobre el último aspecto, el Papa Francisco comentó que “a veces
en mi vida me he encontrado alguna hermana que tenía cara ‘de vinagre’ y esto
no es afable, esto no es una cosa que ayuda a atraer a la gente. El vinagre es
malo y de las hermanas con cara de vinagre, ¡mejor no hablamos! En breve: santidad,
preparación y afabilidad. Esto les pido”.
1. El Papa Francisco explica la importancia de la santidad
“Primero, santidad. Es una palabra que puede desafiar, que puede
asustar, al punto que con frecuencia nos cuesta aplicar a nosotros mismos, pero
es la vocación que nos une a todos y es el objetivo esencial de nuestra vida”.
Según señala la Oficina de Prensa del Vaticano, el
Santo Padre resaltó que “la santidad es una cosa alegre, la santidad atrae, la
santidad es alegría espiritual. Es cierto que no es fácil encontrar la
santidad, pero con la gracia de Dios lo podemos hacer. ¡Qué importante es esta
misión hoy, especialmente para los jóvenes!”.
“Ustedes, como consagradas, la realizan antes que nada en la
sequela Christi, con la profesión de los consejos evangélicos, la vida
sacramental, la escucha y la meditación cotidiana de la Palabra de Dios, la
oración y la vida común, como enseña el lema dominico ‘contemplata aliis
tradere’. Permanezcan bien enraizadas en estos fundamentos para que vuestro
apostolado sea sólido y rico”.
El Papa Francisco destacó la importancia de hablar bien, “con
afabilidad”, desterrando de la vida “el chisme que envenena”.
2. No dialogar con el diablo: Un pedido de Francisco a las religiosas
En cuanto a la preparación, el segundo aspecto, el Santo Padre
alentó a las religiosas a estudiar, a profundizar continuamente en sus
conocimientos y capacidades para mantenerse actualizadas.
En ese sentido, continuó, es importante dialogar con todos
excepto con el diablo, siguiendo el ejemplo de Jesús que le respondió al
demonio con la Escritura. “Por favor, dialoguen con todos excepto con el
diablo. El diablo viene a la comunidad, mira los celos, todas las cosas que son
de todos las personas, no sólo de las mujeres, y el diablo va allí. Con el
diablo no se dialoga”.
Sobre el tercer aspecto, el Papa Francisco animó a las
religiosas a “ser mensajeras de afabilidad, que es don del Espíritu Santo, y de
alegría, viviendo cada encuentro con el reconocimiento alto del otro en su
sagrada unicidad”.
Destacando la falta
de jóvenes, el Pontífice animó a las consagradas a realizar un apostolado
vocacional, renovándose constantemente con “santidad de vida, preparación y
afabilidad”.
Por Walter Sánchez Silva
Fuente: ACI