Paciente en la espera
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estos días,
cuando salgo a cerrar el cancel de la reja de la iglesia, me impresiona ver en
la plaza una niebla muy densa que apenas deja ver nada. Solo es posible
distinguir un poco, quizá alguna luz a lo lejos. Me doy cuenta de cómo las
personas se adentran en la niebla y desaparecen.
Al cerrar,
todos los días le doy gracias al Señor por el día vivido. Le pido un descanso
en paz y que, si es Su voluntad, me permita despertar para vivir un nuevo día
con Él.
Lo realmente
sorprendente es el refrán que dice: “Mañana de niebla, tarde de paseo”. ¡Qué
cierto es! Por la mañana, el cielo suele despejarse, volviéndose de un azul
intenso, con un sol radiante. Es un contraste impactante entre la noche y el
día.
Por la noche,
parece que todo se acaba, pero al amanecer, la vida renace. Así es también la
vida en el Señor: cada mañana renueva Su amor por nosotros. Es verdad que
podemos atravesar noches de niebla, en las que solo vemos el paso que damos y
no distinguimos lo que hay a los lados. Sin embargo, si somos pacientes y
esperamos en el Señor, llegará la mañana. Entonces, el sol saldrá, y podremos
disfrutar de un día precioso en el que todo cambiará de color: lo oscuro se
transformará en luz, y el frío se templará.
La clave está
en saber esperar en el Señor, en no pretender que todo sea inmediato. En la
vida del espíritu no hay lugar para la inmadurez. Los caminos del Señor son
seguros, pero exigen tiempo y paciencia. Esto contrasta con lo que nuestra
sociedad nos enseña.
Lo vemos
reflejado también en Jesús. Nació en Belén y ese Niño necesitaba tiempo para
crecer. La Escritura nos dice: “Crecía en sabiduría y en gracia”.
Hoy, el reto
del amor es ser paciente en tu vida, especialmente en aquello donde querrías
tirar la toalla. En la espera se perfecciona el amor. Como decía Santa Teresa:
“La paciencia todo lo alcanza”.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
30 diciembre
2024
Fuente: Dominicas de Lerma