¿HAS REZADO AL ÁNGEL GUARDIÁN DE TU DIÓCESIS LOCAL?

Se cree que Dios ha designado ángeles guardianes sobre localidades específicas, de acuerdo con varios pasajes del Antiguo Testamento que apuntan a esta posibilidad

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La Iglesia Católica enseña que a cada persona se le da un ángel guardián al comienzo de su vida en la tierra:

Desde su inicio hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su cuidado vigilante e intercesor. Junto a cada creyente está un ángel como protector y pastor que lo conduce a la vida. Ya aquí en la tierra, la vida cristiana participa por la fe en la bienaventurada compañía de los ángeles y de los hombres unidos en Dios.

CIC 336

San Francisco de Sales, en su Introducción a la vida devota, elogia mucho la práctica de conversar con el propio ángel guardián, así como con los ángeles guardianes de la familia, los amigos e incluso la diócesis local:

Procura familiarizarte con los ángeles; aprende a darte cuenta de que están continuamente presentes, aunque invisibles. Ama y venera especialmente al ángel guardián de la diócesis en la que vives, a los de los amigos que te rodean y al tuyo propio. Comunícate con ellos con frecuencia, únete a sus cantos de alabanza y busca su protección y ayuda en todo lo que hagas, espiritual o temporal.

Explicó que San Pedro Fabro a menudo invocaba la ayuda de un ángel guardián local cuando viajaba:

Pedro Fabro, contó cuán gran consuelo había encontrado al recorrer lugares infestados de herejía al comunicarse con sus ángeles guardianes, cuya ayuda a menudo lo había preservado del peligro y ablandado los corazones para recibir la fe.

Antiguo Testamento

Si bien esta creencia no está incluida en el Catecismo, sí encuentra cierta base en el Antiguo Testamento, como explica la Enciclopedia Católica:

En la Biblia esta doctrina se puede discernir claramente y su desarrollo está bien marcado... en Daniel 10 se confía a los ángeles el cuidado de distritos particulares ; uno es llamado "príncipe del reino de los persas", y Miguel es llamado "uno de los principales príncipes"; cf. Deuteronomio 32:8 (Septuaginta); y Eclesiástico 17:17 (Septuaginta).

El reino invisible de los ángeles no ha sido revelado plenamente a nuestros sentidos, pero ciertamente podemos encontrar gran consuelo en la realidad de que Dios ha designado a sus ángeles para guiarnos y protegernos en esta vida.

Philip Kosloski

Fuente: Aleteia