Michael Ackerman: Adviento es la ocasión de crecer en la imitación de este gran santo
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Buscando la
forma de aconsejar a los fieles cómo vivir un Adviento distinto,
arraigado en la espiritualidad y su verdadero sentido y como algo más que
"los días antes de Navidad", el sacerdote Michael Ackerman ha
escogido en Catholic Review cuatro lecciones -"las 4
S"- basadas en la vida de San José que todo cristiano
puede aplicarlas durante el tiempo litúrgico que concluye el 24 de diciembre.
1º El
silencio de Dios
La primera
lección de San José escogida por Ackerman es la de adentrarse en el silencio de
Dios, "rebosante de gracia, intimidad y amor incondicional". José,
explica, "no permaneció en silencio porque no tenía nada que decir, sino
porque quería escuchar y seguir a Dios plenamente. Tal vez este
Adviento también nosotros podamos pasar tiempo en oración y contemplación
silenciosa ante el Santísimo o meditando las palabras de la Escritura en lo más
recóndito de nuestro corazón como hizo San José. Hacerlo nos traerá
fertilidad y gozosa anticipación a la venida de Cristo al mundo",
asegura.
En otra
ocasión, Broom también se refirió al silencio de San José como antídoto de
Adviento frente a la modernidad, pues "si estamos constantemente
bombardeados por ruidos, es imposible escuchar la Palabra de Dios, del Espíritu
Santo que nos habla en la suave brisa del silencio. También el silencio
de san José nos enseña la importancia del ejemplo. Debemos demostrar
nuestra autenticidad con palabras, pero también con nuestras
acciones".
2º Servicio
y abnegación
La segunda
lección que extrae el sacerdote de San José está basada en el servicio,
resaltada durante el pontificado de San Juan Pablo II en Redemptoris
Custos.
Ackerman
explica cómo San José "no permitió que sus pasiones o deseos egoístas
dictaran sus acciones", sino que "fue dócil y receptivo a la
voluntad de Dios".
"Su
preparación para la venida de Cristo no estuvo repleta de compras, peleas con
familiares o preparación de galletas. Él nos invita a ser discípulos
que primero sirven a los demás, y no a nosotros", explica. Se trata de
una línea maestra que puede concretarse de diferentes formas.
Entre ellas, el
sacerdote propone hacerlo como voluntarios en la iglesia o en
nuestras comunidades, ayudando en bancos de alimentos o
centros para personas sin hogar, apoyar a quienes están pasando por dificultades
económicas, emocionales y, especialmente, espirituales, visitar
a quienes están solos en sus hogares, en hospitales, en
hogares de ancianos o que no pueden celebrar el nacimiento de Cristo con
familiares y amigos. "No existe una forma `correcta´ de servir, pero el
deseo de hacerlo debe estar arraigado en el deseo de José de servir únicamente
a Dios", resume.
3º Sencillez
En tercer
lugar, Ackerman resalta la lección de sencillez de San José frente a
"un mundo complejo" como el actual, donde se dedica tanta
atención a la tecnología, la moda y el entretenimiento que no es raro
"perdernos lo esencial".
Y ese,
subraya, "no es el mundo de San José". "Él no tenía como
objetivo ser un influencer. La razón de su vida era permanecer humilde ante
Dios. San José nos invita durante el Adviento a bajar el ritmo y apreciar a las
personas, las bendiciones y los encuentros con Dios que tienen lugar en
nuestras vidas. Los regalos, la decoración y las tiendas probablemente no sean
las mejores formas de prepararse para Cristo. En cambio, pasar tiempo
con nuestros seres queridos, compartir la fe, o incluso hacer un retiro es
beneficioso para mantener la sencillez". Una sencillez que, como a San
José, permite también hoy "aumentar la confianza y dependencia de
Dios".
4º
Sacrificio
En último
lugar, el sacerdote remarca las enseñanzas de San José sobre el valor
del sacrificio, "necesario para todos nosotros en nuestra vocación, a
cualquier padre, cónyuge, sacerdote, religioso o persona soltera entregada
conoce el valor y la necesidad de todo ello.
Por ello, las
lecciones de San José también son una invitación a "unir nuestro dolor a
la cruz de Cristo. El sufrimiento es siempre un misterio, pero no está
desprovisto de significado. Cuanto más unimos nuestro dolor y nuestras
luchas a Cristo, más nos acercamos al amor infinito, a la misericordia y al
perdón de Dios. José, al negar sus propios objetivos, deseos y anhelos, hace
que su voluntad sea una con la de Dios. También nosotros estamos
llamados, como él, a unirnos y a sacrificarnos".
Entre algunas
de las muchas formas posibles de hacerlo, el sacerdote pone el ejemplo de las
donaciones y la caridad, el ayuno o una mayor oración, muestras de un sacrificio
que es "crucial para preparar el camino para Cristo".
Este Adviento,
concluye Ackerman, "nos brinda la oportunidad de aumentar nuestro
deseo de emular a este gran santo tan amado por Nuestra Señora y Nuestro
Salvador. El silencio, el servicio, la sencillez y el sacrificio no
son fáciles de llevar, pero nos acercan a Cristo y a la salvación".
Fuente: ReligiónenLibertad