“Dos cursos en uno”
Dominicas de Lerma |
Buenos días,
hoy Matilde nos lleva al Señor. Qué pases un
Hace unos días,
vino una pareja de novios a visitar a una monja. La comunidad, al final de la
visita, fuimos a saludarlos. Ella, está ya trabajando pero él sigue sus
estudios de medicina. Y, nos comentaba que, este año se han matriculado de los
dos últimos cursos porque quiere casarse y hasta que no termine la carrera, no
es prudente hacerlo. Este muchacho emplea todos sus esfuerzos en trabajar duro
porque quiere llegar al final de la meta que se han trazado.
Después de este
encuentro, fuimos a vísperas y a la oración… Y, a mí me saltaban en el interior
estas palabras suyas: “¡estoy haciendo dos cursos en uno!”. Y, meditaba, con
esta anécdota en la mente, las palabras de San Pedro en su Segunda carta, 1,
10-11: “Poned cada vez más ahínco en ratificando vuestro llamamiento y
elección. Si lo hacéis así, no fallareis nunca y os abrirán de par en par el
Reino de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. Es decir que, en “seguir nuestro
llamamiento y elección” hay que poner redoblado empeño y esfuerzo. Lo que
tenemos entre manos, es un don de Dios porque ha querido pronunciar nuestro
nombre en su presencia. Por esto, el llamarnos y elegirnos, lleva consigo vida
y ¡no cualquier vida, sino la Vida eterna, el Reino del Señor Nuestro
Jesucristo!.
Mas, ¿en qué
consiste este “ahínco”?. Pues sabiendo que la obra de la santificación de
nuestra alma es exclusiva de Dios, ¿qué nos queda a nosotros por hacer?. Pues
una tarea pequeña, diríamos que “enana” comparado con “el Gigante” que, es
Dios. Mas, Él lo primero que quiere de nosotros, en ese poco es que hagamos
memoria de este acercamiento del Señor y le demos gracias. ¡Dios nos pide que
seamos agradecidos!; ¡Que, estemos rendidos ante los regalos que nos hace y sin
mérito alguno de nuestra parte!; ¡Tener en los labios de continuo el: “¡gracias
Padre!”, llega al Cielo y es oído por Dios, con sumo agrado.
Y, la obra no
menos pequeña por parte nuestra es, quita los obstáculos que no nos dejan ver
limpiamente la voluntad de Dios. Lo que los maestros espirituales llaman “los
apeguillos”. ¡Y, éstos, sí que son nuestro “aterrizaje forzoso” antes de volar
muy alto en alas de la santidad!: ¡Creo que, esto es "hacer dos cursos en
uno”!
Hoy, el reto
del amor es, en un rato de soledad y silencio ante Dios, meditar en qué tengo
que “poner más ahínco” para acercarme más a Nuestro Señor Jesucristo.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
08 noviembre
2024
Fuente: Dominicas de Lerma