La sonrisa de la capilla
Dominicas de Lerma |
-La capilla
lleva toda la semana sin sonreír… -notifiqué con tristeza a la Priora.
-¿Cómo? Uy, hay
que mirarlo…
No pienses que
nos hemos vuelto locas; lo que sucede es que en la capilla han puesto un
termómetro muy simpático: no solo mide la temperatura, también la humedad, y,
cuando los dos valores están compensados, aparece un pequeño dibujo de una
carita sonriente con la palabra “confortable”. ¿Ves cómo es muy simpático?
Bueno, pues
esta semana la cara sonriente desapareció. Pasaban los días… ¡y no volvía!
Las hermanas
encargadas de estos asuntos técnicos estuvieron estudiando lo que sucedía, y
encontraron que uno de los acumuladores no estaba calentando, ¡por eso la
temperatura bajaba y el termómetro no sonreía!
Con el
acumulador arreglado, la capilla (y nosotras) ¡vuelve a lucir su mejor sonrisa!
Exactamente
igual sucede en nuestro corazón: fuera puede rugir el viento de una situación
difícil, podemos enfrentar mil tormentas de tareas pendientes… pero, si dentro
está encendido el calor del amor, ¡¡no perderemos la sonrisa!!
“¿No ardía
nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino?” (Lc 24, 32). Ese fue el
grito de alegría de los dos de Emaús, y esa es también hoy la obra del
Resucitado: para que arda nuestro corazón, ¡camina a nuestro lado, nos habla al
corazón!
Es este camino
compartido el que enciende en amor toda una vida. Y es verdad que lo de fuera
nos afecta, ¡¡pero tenemos un amor más grande, que hace que todo cobre su
verdadera importancia!!
Hoy el reto del
amor es caminar con una sonrisa. Nuestra sonrisa es también “termómetro” de
nuestro corazón, ¡refleja la temperatura del amor que tenemos en nuestro
interior! Deja que Cristo ponga a punto todos tus radiadores, ¡y que tu sonrisa
sea también calor para los demás!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
10 noviembre
2024
Fuente:
Dominicas de Lerma