En un nuevo episodio de Red de Redes, la catequesis desenfada que impulsa la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), los sacerdotes Jesús Silva, Patxi Bronchalo y Antonio María Doménech abordan la castidad como una visión integral que libera a las personas y previene adicciones.
Bronchalo, Silva y Domenech, los tres curas de Red de Redes. Dominio público |
“La castidad no es solo una serie
de ‘noes’; es un ‘sí’ a la dignidad de la persona y a la libertad”,
señalan en el episodio.
De
hecho, los tres sacerdotes destacan cómo, al practicar esta virtud, se puede
experimentar una libertad
interior que va más allá de cualquier limitación externa.
Prevención contra al porno
Silva,
Bronchalo y Doménech dan varios tips para vivir la castidad, que supone
aprender a ver al otro como un fin en sí mismo, no como un medio para
satisfacer los propios deseos. Porque “el amor verdadero no cosifica”, subrayan.
De
este modo, la castidad se convierte en una herramienta liberadora, capaz de prevenir adicciones al sexo y a la
pornografía, además de una auténtica defensa de la dignidad y el valor de
cada persona como hijo de Dios, explican.
A
lo largo de la conversación, que se desarrolla en el habitual tono accesible e
incluso humorístico de este programa de catecumenado para adultos producido por
la ACdP, los tres sacerdotes también alertan sobre cómo la cultura
hipersexualizada de nuestra sociedad está impactando en nuestras relaciones
humanas.
Una
hipersexualización que no sólo a los adolescentes y a los jóvenes, sino también
a los adultos, entre quienes promueve actitudes egoístas “y que nos dejan vacíos” por “reducir la
sexualidad a impulsos”.
“Es
que hemos de aprender a no dejarnos llevar por esta cultura hipersexualizada,
que al final nos deja vacíos”.
El poder transformador del Espíritu
Santo
Pero
lejos de quedarse en una mera denuncia, el programa de la ACdP destaca también
el papel del Espíritu Santo como fuerza de transformación y sanación para
quienes buscan restaurar su pureza.
“El
Espíritu Santo nos ayuda a restaurar
nuestra virginidad espiritual, a sanar nuestras heridas”, explican. Y
enfatizando que la castidad no solo es para jóvenes, sino una virtud que puede
vivirse en cualquier etapa de la vida como signo de respeto hacia uno mismo y
hacia los demás.
Tanto Bronchalo como Silva han escrito
libros sobre el tema, especialmente dirigidos a jóvenes. Además, en otros casos
abordaron temas muy cercanos, como en el programa dedicado al noviazgo y las 4 efes del amor.
“El amor y el respeto, cuando se
viven de forma auténtica, dan sentido a nuestras relaciones”, concluyen los
curas de Red de Redes.
Jesús M. C.
Fuente: ReL