SI SOMOS FIELES A DIOS, ¿QUÉ GANAREMOS EN ESTA VIDA?

Si somos fieles, quizá esperemos algo a cambio por parte de Dios, si embargo, los que permanecen con Él reciben inmensas riquezas que quizá no han percibido

ArtMari | Shutterstock

Ser fieles en esta vida y en el mundo actual, incluso con Dios, se ha vuelto complicado. Sencillamente, hoy se quiere obtener beneficio de todo y ayudar solo si se obtiene algo de vuelta,

Y el problema central se da con los más jóvenes, que se alejan de Dios porque les parece que no les dejará ningún beneficio, sin saber todo el bien que recibirían si se dejaran envolver por el amor de Dios.

Qué obtiene el que permanece fiel

Entendemos que el distanciamiento con el Señor se debe a que nadie les ha presentado al Cristo fascinante que dio su vida por ellos. A falta de un encuentro personal con Él, no puede darse el siguiente paso. Es necesario, pues, dejarse impactar por Jesús, Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6), para seguirlo y comenzar una relación.

En seguida, al conocerlo más, el amor crecerá; y por ende, la fidelidad hará su entrada triunfal. Como ha ocurrido con hombres y mujeres de todos los tiempos, edades y situaciones.

Pero, quizá lo más desconcertante es qué han obtenido en vida, porque se sabe que al final, alcanzaron el cielo prometido por el Señor, pero en la tierra, ¿qué ganaron? Aquí una muestra:

1. Fidelidad de Dios

Nadie es más fiel que Dios. Porque "si somos infieles, Él permanece fiel" (2 Tim 2, 13). Y los que esperan todo de Cristo, saben que "Dios no puede engañarnos" (Heb 6, 18), por eso están seguros de que siguen el camino correcto porque "el Señor es fiel: él los fortalecerá y los preservará del Maligno" (2 Tes 3, 3).

Y nos dice a través de san Pablo:

"Hasta ahora, ustedes no tuvieron tentaciones que superen sus fuerzas humanas. Dios es fiel, y él no permitirá que sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, en el momento de la tentación, les dará el medio de librarse de ella, y los ayudará a soportarla".

(1 Cor 10, 13).

2. Protección de Dios

Tal vez no nos demos cuenta en un principio, pero los que son fieles y oran con confianza, siempre están acompañados por Él. Y Dios no los abandona en ninguna circunstancia:

"Cuando pienso que voy a resbalar, tu misericordia, Señor, me sostiene; cuando estoy cargado de preocupaciones, tus consuelos me llenan de alegría".

 (Sal 94, 18-19)

Y cuando van madurando su relación con el Señor, descubren que su divina providencia se encarga de darles todo lo que necesitan, librándolos del peligro.

"De manera que podemos decir con plena confianza: El Señor es mi protector: no temeré. ¿Qué podrán hacerme los hombres?"

 (Heb 13, 6)

3. Amor de Dios

Y lo más maravilloso de todo es que tienen la certeza del amor de Dios:

"¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a Él".

(1 Jn 3, 1)

Así que, decídete y atrévete a conocer al Señor y a serle fiel, experimenta todo lo que tiene para ti, recordando las palabras del Apóstol de Tarso:

"Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado".

 (Rom 5, 5)

Mónica Muñoz

Fuente: Aleteia