El 8 de diciembre, el Papa Francisco creará 21 nuevos cardenales. Para elegirlos, ha tenido que respetar ciertos criterios
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"Es una
sorpresa del Papa… ¡A ver cómo puedo servirle! es lo que exclamó el padre Fabio
Baggio tras enterarse de que el Papa había decidido nombrarle cardenal, según
informan los medios de comunicación españoles. Como responsable de la sección
de Migrantes y Refugiados del Vaticano, el sacerdote italiano se mostró
claramente sorprendido por la decisión del Papa, y probablemente no fue el
único. Como él, dos futuros "porporati" no son obispos: el padre
Timothy Peter Joseph Radcliffe, un famoso teólogo dominico, y el padre George
Jacob Koovakad, un mero funcionario de la Secretaría de Estado encargado de
organizar los viajes del Papa desde 2021.
Francisco, al
igual que Juan Pablo II y Pablo VI, ya ha conferido en varias ocasiones a
sacerdotes el birrete cardenalicio -el famoso birrete rojo que se entrega
durante el consistorio-. El derecho canónico lo autoriza, estableciendo que
cualquiera "al menos en el orden del presbiterado" puede llegar a ser
cardenal (can. 351).
Esta norma solo
data de 1917. Antes de esa fecha, un diácono o un laico podían teóricamente ser
cardenales, siendo el último caso el del italiano Teodolfo Mertel (1806-1899),
diácono y jurista que trabajaba en la Curia romana, a quien Pío IX creó cardenal
en 1858. Sin embargo, el cardenalato nunca ha estado abierto a las mujeres.
En algunos
casos, un hombre también puede ser creado cardenal sin que nadie lo sepa.
Entonces es cardenal "in pectore", lo que significa que el Papa
decide, a menudo por razones de prudencia política, no revelar su nombre.
No
necesariamente ordenados obispos
El derecho
canónico exige ahora que los sacerdotes designados para ser cardenales reciban
la consagración episcopal. Por tanto, la fecha de ordenación de los Padres
Biaggio, Radcliffe y Koovakad debería anunciarse en las próximas semanas. Este
fue el caso en 2020 del cardenal Mauro Gambetti, sacerdote franciscano que
desde entonces ha sido nombrado arcipreste de Santa María la Mayor.
Pero también
hay casos excepcionales en los que un cardenal no recibe la ordenación
episcopal. Es el caso de los cardenales mayores de 80 años. El último es el
cardenal Raniero Cantalamessa, que fue creado cardenal el 28 de noviembre de
2020. En aquel momento, el pontífice le eximió de convertirse en obispo. La
función de un obispo -explicó el capuchino italiano- es ser pastor y pescador.
"A mi edad [86 años en aquel momento], es muy poco lo que podría hacer
como 'pastor'; en cambio, lo que podría hacer como 'pescador', puedo seguir
haciéndolo anunciando la palabra de Dios".
El cardenal
Cantalamessa no fue el único en esta situación: el jesuita Albert Vanhoye fue
eximido por un motivo similar cuando Benedicto XVI lo elevó al cardenalato en
2006, al igual que el franciscano albanés Ernest Simoni, creado cardenal en
2016 por el Papa Francisco por su valentía ante la persecución que sufrió bajo
el régimen del comunista Enver Hoxha.
Otros
criterios de selección
El derecho
canónico reconoce al pontífice plena libertad en la elección de los cardenales.
Sin embargo, deben "destacar por su doctrina, moral, piedad y prudencia en
la dirección de los asuntos" (can. 351). Probablemente en base a este
último criterio, el Papa Francisco accedió a anular el cardenalato del obispo
emérito de Gante, Luc Van Looy, en 2022, cuando éste le había pedido que
abandonara su proyecto por las críticas a su gestión de los casos de abusos en
su diócesis.
Los cardenales
son creados "por decreto del Romano Pontífice publicado ante el Colegio
Cardenalicio". El cardenal Cornelius Sim, primer cardenal de Brunei, fue
elevado a la púrpura durante la pandemia de Covid-19, en noviembre de 2020, sin
poder venir a Roma, y murió el 29 de mayo de 2021 sin poder reunirse con el
Papa. Por tanto, es cardenal, a diferencia del teólogo suizo Hans-Urs von
Balthasar, que fue designado cardenal por Juan Pablo II, pero murió dos días
antes de que se firmara el decreto durante el consistorio del 28 de junio de
1988.
Camille Dalmas
Fuente: Aleteia