Cuando intentamos hacer oración, a menudo puede resultar difícil sentir la presencia de Jesús. Pero podemos utilizar nuestra imaginación para ayudarnos a rezar
Shutterstock |
¿Alguna vez has
tenido dificultades para rezar en casa? Muchos de nosotros podemos intentar
ponernos en espíritu de oración,
pero inevitablemente nos sentimos vacíos o sin inspiración.
Un consejo útil
que proviene de una variedad de santos es la práctica de usar nuestra
imaginación durante la oración.
Normalmente
pensamos en esto durante la Lectio Divina, pero también podemos utilizar nuestra
creatividad simplemente para imaginar a Jesús a nuestro lado.
Jesús
sentado a nuestro lado
San Francisco
de Sales sugiere esta práctica en su Introducción a la vida devota, animando al lector a
pensar en Jesús en la misma habitación que nosotros:
"Ejercita
tu imaginación ordinaria, imaginándote al Salvador en Su Sagrada Humanidad,
como si estuviera a tu lado, tal como solemos pensar en nuestros amigos, y nos
imaginamos que los vemos o los oímos a nuestro lado".
Este tipo de
oración puede ser muy poderosa y Dios puede utilizarla como una forma de
hablarnos.
Podemos
imaginarnos a Jesús sentado en el mismo sofá que nosotros y sentir
espiritualmente el calor de su presencia.
Un abrazo
divino
A veces incluso
podemos sentir que Jesús nos abraza, pues Dios desea mostrarnos su cercanía.
San Francisco
de Sales añade también que estar en presencia de la Eucaristía es una
experiencia aún más poderosa, ya que Jesús está realmente allí, delante de
nosotros:
Pero cuando
está el Santísimo Sacramento del Altar, entonces esta Presencia ya no es
imaginaria, sino realísima; y las sagradas especies no son sino como un velo
tras el cual el Salvador Presente nos contempla y considera, aunque no podamos
verle tal como es.
Si nunca has
utilizado tu imaginación durante la oración, pruébalo la próxima vez que te
sientes a rezar.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia