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Sidney de Almeida | Shutterstock |
Entre las muchas devociones que el Papa Francisco
recomienda en su última encíclica, Dilexit nos, destaca una que
tiene profundas raíces bíblicas.
En particular, propone realizar una hora santa
eucarística todos los jueves:
Aunque nadie debería sentirse obligado a dedicar una
hora a la adoración cada jueves, sin duda es recomendable practicarla.
Cuando la realizamos con devoción, en unión con muchos hermanos y hermanas
nuestros, y descubrimos en la Eucaristía el inmenso amor del Corazón de
Cristo, “adoramos, juntamente con la Iglesia, el signo y la manifestación
del amor divino que llegó hasta amar, a través del corazón del Verbo encarnado,
al género humano”.
¿Por qué los jueves?
Cada año, el Jueves Santo, la noche anterior al
Viernes Santo, la Iglesia mantiene la tradición de trasladar el Santísimo
Sacramento a un lugar especial donde los fieles puedan permanecer y adorar a
Jesús.
Esta tradición de adorar a Nuestro Señor en el
Santísimo Sacramento el Jueves Santo a menudo se llama “Vigilia
de la Noche” o “Vigilia de Getsemaní” y recuerda
cómo Jesús invitó a sus apóstoles a quedarse con él mientras oraba.
Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. Marcos 14:34
Además, Jesús desafió a sus discípulos a pasar tiempo
con él al menos una hora el Jueves Santo.
Cuando llegó, los encontró durmiendo. Entonces dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? Marcos 14:37
Los jueves son también un día cada semana en el que la
Iglesia recuerda la Última Cena, cuando Jesús instituyó la
Sagrada Eucaristía y celebró la primera Misa.
Los jueves son, pues, un día propicio para pasar una
hora santa eucarística, adorando a Jesús y su Sacratísimo Corazón.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia