Recopilamos algunas de las frases más inspiradoras del Papa Francisco en la encíclica Dilexit Nos sobre el amor divino y humano del corazón de Jesucristo:
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Vatican Media |
1.- La
pura apariencia, el disimulo y el engaño dañan y pervierten el corazón. Más
allá de tantos intentos por mostrar o expresar algo que no somos, en el corazón
se juega todo, allí no cuenta lo que uno muestra por fuera y los ocultamientos,
allí somos nosotros mismos. Y esa es la base de cualquier proyecto sólido
para nuestra vida, ya que nada que valga la pena se construye sin el corazón.
La apariencia y la mentira sólo ofrecen vacío.
2.- Cuando
no se aprecia lo específico del corazón perdemos las respuestas que la sola
inteligencia no puede dar, perdemos el encuentro con los demás, perdemos la
poesía. Y nos perdemos la historia y nuestras historias, porque la verdadera
aventura personal es la que se construye desde el corazón. Al final de la
vida contará sólo eso.
3.- El
Corazón de Cristo es éxtasis, es salida, es donación, es encuentro. En él nos
volvemos capaces de relacionarnos de un modo sano y feliz, y de construir en
este mundo el Reino de amor y de justicia. Nuestro corazón unido al de
Cristo es capaz de este milagro social.
4.- Ante
el Corazón de Cristo, pido al Señor que una vez más tenga compasión de esta
tierra herida, que él quiso habitar como uno de nosotros. Que derrame los
tesoros de su luz y de su amor, para que nuestro mundo que sobrevive
entre las guerras, los desequilibrios socioeconómicos, el consumismo y el uso
antihumano de la tecnología, pueda recuperar lo más importante y necesario: el
corazón.
5.- Dado
que nos cuesta confiar, porque nos lastimaron tantas falsedades, agresiones y
desilusiones, Él nos susurra al oído: “Ten confianza, hijo” (Mt 9,2); Se trata
de superar el miedo y darnos cuenta de que con Él no tenemos nada que
perder.
6.- Cuando
nos parece que todos nos ignoran, que a nadie le interesa lo que nos pasa, que
no tenemos importancia para nadie, Él nos está prestando atención.
7.- Invito
a cada uno a preguntarse si no hay más racionalidad, más verdad y más sabiduría
en ciertas manifestaciones de ese amor que busca consolar al Señor que en los
fríos, distantes, calculados y mínimos actos de amor de los que somos capaces
aquellos que pretendemos poseer una fe más reflexiva, cultivada y madura.
8.- Cristo
te pide que, sin descuidar la prudencia y el respeto, no tengas vergüenza de
reconocer tu amistad con Él. Te pide que te atrevas a contar a los otros que te
hace bien haberlo encontrado.
9.- Hoy
todo se compra y se paga, y parece que la propia sensación de dignidad depende
de cosas que se consiguen con el poder del dinero. Sólo nos urge acumular,
consumir y distraernos, presos de un sistema degradante que no nos permite
mirar más allá de nuestras necesidades inmediatas y mezquinas. El amor de
Cristo está fuera de ese engranaje perverso y sólo él puede liberarnos de
esa fiebre donde ya no hay lugar para un amor gratuito. Él es capaz de
darle corazón a esta tierra y reinventar el amor allí donde pensamos que
la capacidad de amar ha muerto definitivamente.
10.- De
la herida del costado de Cristo sigue brotando ese río que jamás se agota, que
no pasa, que se ofrece una y otra vez para quien quiera amar. Sólo su
amor hará posible una humanidad nueva.
Por Almudena
Martínez-Bordiú
Fuente: ACI