La cortina de mi celda
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Bueno, más bien
debería hablar de su ausencia, porque la ventana de nueva celda no tenía
cortina. Rebuscando por todo el noviciado, encontré una barra, unas cortinas…
¡y las arandelas y ganchos para colgarla!
Tras un rato de
montaje, llegó el momento de abrirla por primera vez. Emocionada, bailando cual
princesa de dibujos animados, cogí la cortina y… ¡¡¡zaaaaaas!!!
Resulta que no
todas las arandelas eran del mismo tamaño, y, al poner los ganchos, ¡las
pequeñas ya no se deslizaban por la barra! Total, que, con el aire con que
quise abrir la cortina, las arandelas arrastraron la barra… y el chiringuito
completo se me cayó encima.
¡¡Hay que ver
la importancia que pueden tener las “cositas pequeñas”!! Parecen
insignificantes pero, si se nos van atascando en el corazón, ¡pueden hacer
saltar una cortina entera!
Es fácil
compartir los grandes acontecimientos de nuestra vida con cualquiera: nuestras
vacaciones, esa fiesta especial… Pero, ¿con quién compartimos lo pequeño, lo
cotidiano? ¡Solo con aquellos que nos quieren!
Y ese es
precisamente el amor del Resucitado: no hay nada en tu corazón que le resulte
pequeño, indiferente. Al fin y al cabo, en eso consiste el amor: en poder decir
“me importa lo que te importa, porque me importas tú”. O, en otras palabras:
“Eres precioso a mis ojos, y yo te amo” (Is 43, 4).
Cristo valora
todo lo tuyo, incluso las arandelas más pequeñas… porque te valora a ti. Abraza
cada elemento de tu cortina, cada aspecto de tu vida, ¡no hay nada tan pequeño
que deje fuera de este abrazo!
Y, con este
amor, ¡hasta las arandelas más pequeñas se deslizarán sin atascarse!
Hoy el reto del
amor es compartir con el Señor una tarea cotidiana. Hacer la comida, ir a por
los niños, poner la mesa… haz cualquiera de esas tareas de la mano de Cristo,
sabiendo que en lo pequeño Él sigue a tu lado, disfrutando y sonriendo… ¡porque
te ama!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
19 septiembre
2024
Fuente: Dominicas de Lerma