El jefe médico del Atlético de Madrid y padre de 12 hijos abre su alma en una entrevista
Dr. José María Villalón. Fotografía: Dani García / Revista Misión. Dominio público |
A
continuación ofrecemos algunas de las respuestas de la entrevista
en profundidad que concedió a Javier Lozano en la revista Misión, donde
habla de su profunda fe, de su trabajo con futbolistas de élite y de los
ataques que sufre la familia en la actualidad.
Por sus manos han pasado cientos de
futbolistas, jóvenes, con fama y dinero. ¿Ejerce con ellos también de “padre” o
consejero?
El
ejemplo es la mejor forma de formar, de que se fijen en tu comportamiento.
Muchos se quedan muy sorprendidos cuando conocen que tengo 12 hijos, y vuelven
a preguntarme: “¿Has dicho dos o doce?”. Se quedan asombrados porque sus
compañeros ya les habían avisado y les sorprende, pero gratamente. Y me
agradecen que trate de trabajar bien, de dar ejemplo, también como cristiano.
¿Algún futbolista le ha pedido un
consejo, más allá de los temas médicos?
Cuando
llegan al equipo les acoges y les ayudas en todo lo que puedes. Es una labor de
estar ahí que ellos perciben y te agradecen, porque muchos no tienen referentes
en España. Les asesoras a qué tipo de colegios pueden llevar a sus hijos, o
cuando surge un problema médico también en su familia… De alguna manera
influyes en su vida al darles un consejo cuando enfrentan alguna dificultad.
Como san Lucas, médico de cuerpos… ¡y
también de almas!
Si
me tuviera que autocalificar, hablaría de ser un médico humanista que hace un
cuidado integral con la persona, en cuerpo y alma. Cuando un jugador entra por
la puerta con un problema, lo primero que hago es encomendarlo especialmente a
su ángel de la guarda. Ese apoyo integral es lo que ellos valoran.
¿Cuál es el secreto para ejercer como
jefe de los servicios médicos del Atlético de Madrid y a la vez tener una
familia con 12 hijos?
No
hay secretos. Todos aprendemos a montar en bicicleta pedaleando. Y aprendemos a
ser padres día a día, lo que hace que sea una tarea maravillosa. En ese
aprendizaje siempre puede haber tropiezos, pero se trata de que al caer vuelvas
a levantarte. El mundo del deporte es alegre, y a la vez muy disciplinado.
Aprendes a compaginarlo todo. Y, luego, en casa todos ayudan. Hay un momento en
que tu hijo mayor se convierte en el padrino del sexto: le ayuda en el estudio,
le exige… Hay mucha contribución de los hijos para que la dinámica familiar
funcione. Si falla, esto se rompe, por eso es preciso que haya autoexigencia en
la familia.
¿Alguna vez imaginó tener una familia
tan numerosa?
Los
hijos van llegando poco a poco. Primero tienes uno, y te parece un mundo, pero
aprendes cosas que te ayudan con el siguiente, y con el otro… Poco a poco vas
viendo el designio divino. Tengas un hijo o doce, hay que abrirles las puertas
cuando Dios te los envía. Es Él quien me ha bendecido con una familia numerosa.
Siempre hemos estado abiertos a la vida. Para mí no había otro planteamiento.
Ya fuera un hijo o doce, todos serían bienvenidos.
Nunca ha ocultado su condición de
católico. ¿Qué lugar ocupa la fe en su vida?
Mis
prioridades son claras, y además en este orden: Dios, familia y Atleti. Es
fundamental esta visión sobrenatural que tenemos los cristianos. Es un camino
hacia la santificación, en este caso en la vida ordinaria, en el quehacer
cotidiano. Intento ser buen cristiano haciendo bien mi trabajo y ofreciéndoselo
Dios. Toda mi vida está orientada hacia Él en este camino de santidad.
¿Qué papel tiene la Misa en su vida?
Es
el eje central. No es algo que pueda recibir de vez en cuando, sino que es mi
alimento diario, la fuente de gracia que me sirve de motor. Y junto a la misa,
la oración diaria.
¿Tiene algún santo al que tenga especial
cariño?
Desde
luego a san Josemaría le tenemos especial devoción. También san José, el santo
que celebro, y al que me siento muy agradecido por ser padre como él y por
estar ahí, en segundo plano, en la Sagrada Familia. Pero destacaría también que
hay muchos santos anónimos, santos de la vida ordinaria que conviven con
nosotros y que serán santos, estén o no en un altar.
¿Se ha encontrado con jugadores
creyentes?
Sí,
la mayoría son creyentes. Es raro que haya algún jugador que no lo sea. Muchos
tienen en la taquilla su estampita. ¿Cómo es esa fe o práctica religiosa? Pues
como la de los chavales de su edad. Pero he conocido algunos de misa diaria,
uno muy reciente. Hay gente que te sorprende gratamente.
¿El propio Atlético mantiene esta
religiosidad?
La
Virgen de la Almudena preside el vestuario central en el estadio. Es una talla
preciosa. Siempre hemos tenido capellán. El padre Daniel falleció en un
accidente de tráfico y él ha confesado, ha casado, ha presidido funerales por
familiares. Hacía una labor muy buena y pretendemos que siga habiendo capellán.
Y más con la capilla que queremos tener en el estadio Civitas Metropolitano. La
capilla en el túnel de vestuario es muy importante.
¿Es un equipo sin complejos?
Siempre
ofrecemos los títulos a la Virgen de la Almudena, y ya después a las
autoridades civiles. ¡Pero primero a la Virgen! Y también hemos llevado el
trofeo a los Papas: san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Para nosotros
es importante realizar este agradecimiento al Papa como primado de la Iglesia.
Además de todas estas obligaciones,
usted también preside la Federación de Familias Numerosas de Madrid…
La
familia está muy atacada en la sociedad actual. España va a un “suicidio
demográfico”. Hay pocas ayudas directas e indirectas a la familia y a la
maternidad, el mejor capital que tiene una sociedad. Llama mucho la atención
que los responsables sociopolíticos no se den cuenta de esto. Nosotros queremos
obligar a los políticos a que hagan los deberes, porque no vemos un despertar
en nuestros gobernantes.
¿A qué atribuye usted este ataque?
Se
trata de políticas ideológicas. Imperan hoy otros criterios con los que se
crean leyes que van a en contra de la familia. Esto es tirar piedras contra tu
propio tejado, porque la familia sigue siendo la entidad mejor valorada por el
ciudadano. Si lo que más valoramos es nuestra familia, deberíamos protegerla.
Es un bien social. En el ámbito familiar al ser humano se le quiere por lo que
es, no por lo que en teoría vale. Para mí, la familia es una institución que
proviene de lo alto, y parece que hoy hay que cargársela a toda costa. Muchas
personas mayores hoy viven solas y no reciben el cariño que el ser humano
necesita. Esta supuesta independencia que se vende hoy al final es una pérdida,
pues falta lo que el ser humano necesita: amor en la relación, intercambio y
servicio. El ámbito familiar es donde siempre te van a acoger y a querer por
ser quien eres.
Fuente: ReL