El abanico
![]() |
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Este verano
está siendo muy caluroso, y la verdad es que estamos sudando mucho. En mi
cajonera del coro, donde guardo los libros de oración, me encontré un abanico.
Lo cogí y empecé a abanicarme. Nunca he confiado mucho en ellos, pero este año
ha sido de gran ayuda ante el calor.
Lo que me hacía
gracia al abrirlo era ver que tiene impreso un dibujo de monjitas. Es una
torre, y la última monjita tiene una bandera con un corazón. Cada vez que
despliego el abanico, me río al verlo.
¿Cómo es
posible que unas varillas de madera con una tela puedan aliviarte? Muchas
veces, las soluciones no están detrás de grandes cosas, sino detrás de algo
sencillo. Cuando oramos, le pedimos al Señor que nos alivie de lo que estamos
viviendo. Pero le pedimos aire acondicionado para el calor, y en cambio,
tenemos a nuestra mano un abanico.
Buscamos
soluciones inmediatas y a lo grande, pero al Señor lo descubrimos en lo
sencillo. Él siempre te va a dar una respuesta a tu corazón, pero muchas veces
no será la que tú esperabas. Sin embargo, Él siempre está con nosotros, si
nosotros le acogemos en nuestra vida.
¿Cuántas veces
nos empeñamos en cosas que no están a nuestro alcance, y sufrimos, lo pasamos
mal? Pero si le dejas a Cristo que te lo solucione, Él lo va a hacer. Te pide
que confíes en Él, que Él sabe todo de ti y ve cómo estás. Pero lo más
importante es que te ama y siempre va a querer para ti tu felicidad. Nunca va a
querer nada malo.
En el
Evangelio, vemos cómo Jesús aliviaba las dolencias, los sufrimientos, las
incomprensiones. A veces no desaparecían, pero siempre aliviaba, porque Jesús
lo que nos da es un camino para llegar al Cielo.
Hoy el reto del
amor es aliviar a una persona que sabes que está sufriendo. Con un paseo, una
llamada, una sonrisa…
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
23 agosto 2024
Fuente: Dominicas de Lerma