"Queremos profundizar en nuestra identidad y estudiar cómo la Obra puede contribuir a la santificación de la vida ordinaria a través de su carisma", dice sobre el centenario de esta realidad eclesial.
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Foto: Opus Dei. Dominio público |
"En los años que preceden al centenario, queremos
interrogarnos sobre las necesidades y los desafíos de la Iglesia y del
mundo. Queremos profundizar en nuestra identidad y estudiar
cómo la Obra puede contribuir a la santificación de la vida ordinaria a través
de su carisma", dice sobre el centenario de la Obra.
Amor al Papa y a la Iglesia
Sobre la revisión de los Estatutos encargada por el
Papa, el prelado dice que está muy avanzada. "Como decía el Papa, se trata
de que los ajustes preserven el carisma y la naturaleza del Opus Dei, sin
encorsetarlo ni ahogarlo: por ejemplo, subrayando su carácter secular, y el
hecho de que más del 98% de los miembros son laicos, hombres y mujeres que
viven su vocación en la calle, en la familia, en el trabajo", comenta.
"Para ello, se están manteniendo una serie de
reuniones entre representantes del Dicasterio del Clero y cuatro canonistas del
Opus Dei, tres profesores y una profesora. Como estamos todavía en medio de
este proceso, no puedo dar más detalles. Pero puedo asegurarle que los
trabajos se están desarrollando en un clima de diálogo y confianza",
explica.
Sobre la famosa frase de Escrivá, cuando recordaba a
sus hijos espirituales que su deber era "servir a la Iglesia como la
Iglesia quiere ser servida", el prelado recuerda la labor que hace el
Opus. "Yo diría que su significado no ha cambiado desde el día en que fue
pronunciada: el amor a la Iglesia y al Papa está en el ADN del mensaje
de san Josemaría. Desde un punto de vista práctico, esto se traduce en
ayudar lo más eficazmente posible en las diócesis donde viven y a las que
pertenecen los miembros del Opus Dei. Por ejemplo, hay muchos laicos que
colaboran activamente en catequesis o cursos prematrimoniales en sus
parroquias, en iniciativas de servicio como Cáritas, en actividades con jóvenes,
etc. Del mismo modo, recibo muchas peticiones de obispos diocesanos para que
tal o cual sacerdote colabore en una parroquia, en un hospital, en un
determinado servicio a la diócesis. Siempre que es posible, estamos encantados
de colaborar", asegura.
Una labor que se ha convertido en patrimonio ya de
toda la Iglesia. "Recuerdo que el día de la canonización de san Josemaría,
un conocido dirigente sindical de Polonia dijo a los periodistas que, como
representante de los trabajadores, se sentía de fiesta porque tenían un nuevo
'santo patrón'. En realidad, la santificación del trabajo es un tesoro que
Jesús nos mostró durante los treinta años de su vida oculta, trabajando y
manteniendo así a su familia. San Josemaría lo recordaba con especial fuerza.
Hoy, de todos modos, aunque este mensaje se haya convertido en patrimonio de
toda la Iglesia, queda mucho todavía por hacer para redescubrir el papel
fundamental de los laicos, su responsabilidad eclesial y sus infinitas
posibilidades de evangelización de la sociedad", relata.
Y, vuelve a incidir en el mensaje central del cristianismo.
"En sus catequesis en Sudamérica, San Josemaría animó a miles de personas a tener un corazón grande, imitando
a Cristo en la cruz, que tenía los brazos abiertos para acoger a todos, sin
distinción. Así deberá actuar cada miembro de la Obra para aliviar el
sufrimiento, llevando el amor de Dios a los rincones más apartados de la
sociedad. Dios confía a todos los bautizados la tarea divina de construir el
mundo (la familia, el barrio, el progreso, las artes, el ocio) como hijos
suyos" dijo.
Fuente:
ReL