El Santo Padre da a conocer su mensaje para la octava Jornada Mundial de los Pobres y recuerda a los fieles que Dios ve y cuida de cada uno de ellos, mientras que quienes buscan la riqueza en detrimento de los más necesitados son pobres a los ojos del Señor
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Dominio público |
“Dios conoce
los sufrimientos de sus hijos porque es un Padre atento y solícito hacia todos.
Como Padre, cuida de los que más lo necesitan: los pobres, los marginados, los
que sufren, los olvidados”. Lo reitera el Papa Francisco en su mensaje para la VIII Jornada Mundial de los Pobres que
se celebrará el 17 de noviembre próximo bajo el lema “La oración del pobre sube
hasta Dios”, en el marco del Año de la Oración previo al Jubileo Ordinario de
2025.
“Pero nadie
está excluido de su corazón, ya que, ante Él, todos somos pobres y
necesitados”, enfatiza Francisco en el texto, publicado este jueves 13 de
junio, y resalta que “todos somos mendigos, porque sin Dios no seríamos nada”.
“Tampoco tendríamos vida si Dios no
nos la hubiera dado. Y, sin embargo, ¡cuántas veces vivimos como si fuéramos
los dueños de la vida o como si tuviéramos que conquistarla! La mentalidad
mundana exige convertirse en alguien, tener prestigio a pesar de todo y de
todos, rompiendo reglas sociales con tal de llegar a ganar riqueza. ¡Qué triste
ilusión! La felicidad no se adquiere pisoteando el derecho y la dignidad de los
demás.”
El Pontífice
asegura que “la violencia provocada por las guerras muestra con evidencia
cuánta arrogancia mueve a quienes se consideran poderosos ante los hombres,
mientras son miserables a los ojos de Dios”. También lamenta: “¡Cuántos
nuevos pobres producen esta mala política hecha con las armas, cuántas
víctimas inocentes!”. Y deja claro que “no podemos retroceder”.
Hacer nuestra la oración de los
pobres y rezar con ellos
El Papa
reconoce la “especial apertura a la fe” y la necesidad de Dios de la inmensa
mayoría de los pobres y, por tal motivo, evidencia que “no podemos dejar de
ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los
Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la
fe”.
Dios está al lado de los
pobres
A los pobres
que habitan en nuestras ciudades y forman parte de nuestras comunidades el
Sucesor de Pedro los invita a no perder esta certeza: "Dios está atento
a cada uno de ustedes y está a su lado".
“No los olvida ni podría hacerlo
nunca. Todos hemos tenido la experiencia de una oración que parece quedar sin
respuesta. A veces pedimos ser liberados de una miseria que nos hace sufrir y
nos humilla, y puede parecer que Dios no escucha nuestra invocación. Pero el
silencio de Dios no es distracción de nuestros sufrimientos; más bien, custodia
una palabra que pide ser escuchada con confianza, abandonándonos a Él y a su
voluntad.”
Francisco
expresa su gratitud por quienes escuchan y sostienen a los más pobres
El Pontífice
se refiere a la Jornada Mundial de los Pobres como "una cita obligada para
toda la comunidad eclesial" y "una oportunidad pastoral que no hay
que subestimar, porque incita a todos los creyentes a escuchar la oración de
los pobres, tomando conciencia de su presencia y su necesidad". En este
sentido, la considera una ocasión propicia para llevar a cabo iniciativas que
ayuden concretamente a los pobres, y también para reconocer y apoyar a tantos
voluntarios que se dedican con pasión a los más necesitados.
"Debemos
agradecer al Señor, afirma Francisco, por las personas que se ponen a
disposición para escuchar y sostener a los más pobres", entre ellos
menciona a los sacerdotes, consagrados y los laicos "que con su testimonio
dan voz a la respuesta de Dios a la oración de quienes se dirigen a Él".
"En silencio -prosigue el Obispo de Roma-, por tanto, se rompe cada vez
que un hermano en necesidad es acogido y abrazado".
Bergoglio
recuerda el testimonio que nos ha dejado santa Madre Teresa de Calcuta,
"una mujer que dio la vida por los pobres" y que repetía
continuamente que era "la oración el lugar de donde sacaba fuerza y fe
para su misión de servicio a los últimos", sostiene el Pontífice. Por
dicha razón, Francisco nos incentiva a rezar y, de ese modo, nos daremos cuenta
de los pobres que tenemos a nuestro lado, "quizá en la misma planta de sus
casas", acota. Asimismo, evoca el testimonio de san Benito José Labré,
cuyo cuerpo reposa y es venerado en la iglesia parroquial de Santa María ai
Monti en Roma. "Peregrino de Francia a
Roma, rechazado en muchos monasterios, expresa Francisco, transcurrió los
últimos años de su vida pobre entre los pobres, permaneciendo horas y horas en
oración ante el Santísimo Sacramento, con el rosario, recitando el breviario,
leyendo el Nuevo Testamento y la Imitación de Cristo. Al no tener
siquiera una pequeña habitación donde alojarse, solía dormir en un rincón de
las ruinas del Coliseo, como “vagabundo de Dios”, haciendo de su existencia una
oración incesante que subía hasta Él".
"Somos pobres de paz"
En camino
hacia el Año Santo, el Papa exhorta a cada uno a "hacerse peregrino de
esperanza, ofreciendo signos concretos para un futuro mejor" y solicita no
descuidar "los pequeños detalles del amor", como "saber
detenerse, acercarse, dar un poco de atención, una sonrisa, una caricia, una
palabra de consuelo".
"En este tiempo, continúa el
Pontífice, en el que el canto de esperanza parece ceder el puesto al estruendo
de las armas, al grito de tantos inocentes heridos y al silencio de las
innumerables víctimas de las guerras, dirijámonos a Dios pidiéndole la
paz". "Somos pobres de paz, agrega el Obispo de Roma" y nos
anima a "alzar las manos para acogerla como un don precioso" y, al
mismo tiempo, insta a comprometernos por restablecerla en el día a día.
Sebastián
Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
Vatican News