Aunque muchos parezcan olvidarlo, nuestra meta en esta vida es llegar al cielo. No podemos hacer eso sin la gracia de Dios, pero también tenemos que hacer nuestra parte
![]() |
Anelina | Shutterstock |
A menudo estamos acostumbrados a vivir cada día con una rutina.
Cuando algo interrumpe nuestros planes, provoca caos en nuestra estructura
diaria. Da la casualidad de que los eventos impredecibles son bastante comunes
y puede parecer que todos los días luchamos por alcanzar el equilibrio con
nuestro trabajo, nuestros deberes familiares y otras responsabilidades. En
consecuencia, muchas veces no nos tomamos el tiempo para pensar que estamos en
este mundo para llegar al cielo y ser santos, todos y cada uno de nosotros.
Pero dentro de su plan de amor infinito para con nosotros, Dios
siempre nos ha querido con él y para él. Por eso, nuestro Señor Jesucristo nos
dijo qué hacer para ser santos:
1. ORAR AL PADRE
Una oración sencilla, confiada y
humilde dará mucho fruto:
"Pero cuando ores, entra en tu aposento, cierra la puerta y
ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará. Cuando estés orando, no acumules palabras vacías como lo hacen
los gentiles. ; porque piensan que serán escuchados por sus muchas palabras. No
seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de que se
lo pidáis.
(Mateo 6:6-8)
2. HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
No basta con
creer. La suposición de que así es sólo nos deja con una actitud complaciente.
No nos mueve a deshacernos de nuestro orgullo y de los defectos que nos alejan
de Dios. Jesús fue claro:
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.
(Mateo
7:21)
3. ESTAR UNIDOS CON NUESTROS HERMANOS Y HERMANAS
La unidad es un signo de amor entre los
cristianos. No es fácil amar a todos, por eso Jesús oró para que aquellos a
quienes envió comprendieran la importancia de su testimonio al mundo:
“No sólo pido por estos, sino también por los que creerán en mí
por su palabra, que todos sean uno. Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que
también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
La gloria que me has dado, yo se la he dado, para que sean uno, como nosotros
somos uno…”
(Juan 17:20-22)
4. PERDONA SIEMPRE
Los cristianos siempre deben perdonar. El mundo insiste en que primero es
el amor propio y luego los demás, pero esa no es la enseñanza de Cristo:
“Cuando estéis orando, perdonad si tenéis algo contra alguien;
para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestras
ofensas”.
(Marcos 11:25-26)
5. AYUDA SIN ANUNCIARLO
En la era de las redes sociales prácticamente instantáneas
, todo el mundo se entera rápidamente del bien que hacemos, ofreciendo aplausos
y reconocimientos. Tenemos que tener cuidado porque podría ser nuestra única
recompensa:
“Cuídate de practicar tu piedad ante los demás para ser visto por
ellos; porque entonces no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los
cielos. Así que, cuando deis limosna, no toquéis trompeta delante de vosotros,
como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados
por los demás. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Pero cuando
des limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu
limosna se haga en secreto; y vuestro Padre que ve en lo secreto os
recompensará”.
(Mateo
6:1-4)
Mónica Muñoz
Fuente: Aleteia