Secreto al descubierto
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
El otro día, al llegar a la ducha, descubrí
que… ¡¡¡se había roto!!! Bueno, que no cunda el pánico: funcionar, funcionaba,
solo que el recubrimiento de la manguera se había desprendido del mango.
Confieso que, a pesar de las horas tan
tempraneras, mi curiosidad se despertó de golpe: ¡¡nunca había visto una
manguera de esas por dentro!!
Por fuera, está esa estructura de metal,
flexible pero dura. Por dentro, un tubo de plástico, muy blando, que es el que
conduce el agua desde el grifo hasta la alcachofa. Si se hiciese cualquier
orificio o grieta, ¡la ducha ya no funcionaría!
Al día siguiente, al llegar a la ducha,
descubrí que alguien había “apañado” la avería con cinta resistente al agua:
¡es importante que el tubito esté bien protegido!
¡¡¡Me ha parecido un detalle precioso!!!
Cuántas veces nosotros también podemos sentirnos débiles, como ese tubito,
vulnerables… a la intemperie. Lo impresionante es que Jesucristo, al igual que
la estructura de metal, no se aparta ante nuestra fragilidad: la abraza.
En efecto, el Resucitado quiere cubrir con su
amor toda tu realidad, por larga que sea, querido tubo. Él quiere ser para ti
“refugio y escudo” (salmo 119, 114). Él también ha demostrado que prefiere
partirse, romperse, dejarse quebrar en la cruz… antes que dejar de cuidarte.
Lo curioso es que esta debilidad que se siente
amada, protegida, abrazada… ¡¡¡hace correr el agua!!!
Hoy el reto del amor es ser protección. Te
invito a que, cuando descubras una debilidad, un error… en alguien que está a
tu lado, seas para esa persona estructura de metal que protege: abraza su
debilidad con tu perdón, tu comprensión… ¡¡¡y verás correr el agua de la
alegría!!!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
02 mayo 2024
Fuente:
Dominicas de Lerma