En la actualidad, existen personas que consideran que la Misa es aburrida y que requiere cambios para hacerla más entretenida, pero ¿será prudente y posible?
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Romolo Tavani | Shutterstock |
La
vida actual exige inmediatez, nadie
quiere perder tiempo en situaciones que no le reporten interés. Por eso, se
entiende que muchos deseen que la santa Misa cambie en ciertos aspectos que
consideran aburridos.
Sin
embargo, hay que entender, en primer lugar, qué es y para qué tenemos la santa
Misa.
Un santo
sacrificio
El
Catecismo de la Iglesia católica dice que la Misa es el “Memorial de
la pasión y de la resurrección del Señor”.
Es el “Santo
Sacrificio, porque actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador e
incluye la ofrenda de la Iglesia; o también Santo Sacrificio de la Misa, “sacrificio
de alabanza” (Hch 13,15; cf Sal 116,
13.17), sacrificio espiritual (cf 1 P 2,5), sacrificio
puro (cf Ml 1,11) y santo, puesto que
completa y supera todos los sacrificios de la Antigua Alianza (CIC 1330).
Nadie
en su sano juicio pensaría poner entretenimiento en un sacrificio. Y menos
cuando sabemos que quien murió fue el Salvador del mundo para rescatar a la
humanidad de todos sus pecados.
Antes
bien, este hecho invita a una profunda reflexión e interiorización.
¿Para qué
tenemos la Misa?
El
Señor Jesús, después de multiplicar los panes y los pescados, había hecho una
promesa: dar la vida eterna a quien comiera su carne y bebiera
su sangre (Jn 6, 54). San Juan
explica que muchos se escandalizaron cuando oyeron a Jesús diciendo tremendas
palabras y que por eso lo abandonaron.
Sin
embargo, el Señor cumplió su promesa, y durante la última cena, encargó a los
apóstoles celebrar lo mismo que Él hacía en ese momento con ellos:
“Luego tomó el
pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: ‘Esto es mi
Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía‘. Después
de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: ‘Esta copa es la Nueva Alianza
sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes'” (Lc 22, 19-20).
No tiene por
qué ser aburrida
Ahora,
el punto de interés se centra en si la Misa es aburrida o no: seguramente que,
cuando conocemos a una persona y empezamos a amarla, todo lo que dice nos
parece interesante y le damos el respeto que merece.
De
la misma manera, cuando conocemos el valor de la santa Misa, no podemos
considerarla aburrida, por el contrario, participamos con más amor y
agradecimiento, escuchando con atención cada palabra del sacerdote.
Cada
oración es un compendio del amor de Dios hacia nosotros, de nuestra acción de
gracias y del reconocimiento que le debemos por haber entregado a su Hijo para
nuestro rescate, donde la Iglesia triunfante se une a nosotros para adorar al
Señor.
Porque
es el mismo Cristo quien se está dirigiendo a nosotros, y mientras exista el
mundo, seguirá dándose de nuevo en el altar como víctima agradable al Padre,
tal como lo hizo en la cruz.
Mónica Muñoz
Fuente: Aleteia