La corresponsal de COPE en el Vaticano, Eva Fernández, ha sido testigo del momento en el que la periodista Valentina Dello Russo explicaba al Pontífice cómo llevaba el embarazo
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El Papa Francisco ha regalado uno de los momentos de cercanía tan propios de Jorge Mario Bergoglio a lo largo de sus más de once años de Pontificado. En esta ocasión ha tenido lugar en Roma, durante la visita a la parroquia de San José, en el barrio Trionfale.
Allí se ha reunido el Santo Padre con sacerdotes con cuarenta años de ordenación en adelante, en el que han participado unos sesenta presbíteros. Una visita que se enmarca en la gira que Francisco realizará para encontrarse con los sacerdotes romanos, y que ha comenzado este martes, 14 de mayo, con los curas más maduros.
Como hemos comentado más arriba, el Papa ha protagonizado una anécdota llena de vida, de la que ha sido testigo además la corresponsal de COPE en el Vaticano, Eva Fernández. El Sucesor de Pedro, al acercarse a los periodistas que se habían acercado al barrio Trionfale para cubrir este encuentro con los sacerdotes más veteranos, comprobó que una de las periodistas, Valentina Dello Russo estaba embarazada.
Jorge Mario Bergoglio no ha dudado en deternerse ante la periodista de la cadena de televisión pública de Italia, 'Rai News' con su silla de ruedas, para tocar con su mano su vientre e interesarse por cómo estaba viviendo su embarazo: "Estamos otra vez embarazados, tengo un hijo que se llama Eduardo de siete años", le explicaba Russo a Bergoglio.
La periodista italiana, con camiseta azul, escuchaba atentamente lo que le decía el Pontífice argentino con una sonrisa de emoción. Al despedirse, Francisco tomó la mano de la periodista nuevamente, que espera a su segundo hijo, para desearle suerte en esta etapa. En su cuenta de X (antiguo Twitter), Valentina Dello Russo mostraba su alegría por este momento vivido con el Papa.
Reunión a puerta cerrada con setenta sacerdotes veteranos
El Papa Francisco se ha desplazado hasta la parroquia de San José en el barrio romano Trionfale para reunirse con sacerdotes con al menos cuarenta años de ordenación. Encuentro en el que han participado unos sesenta presbíteros.
El Santo Padre ha mantenido la reunión a puerta cerrada con los sacerdotes veteranos, aunque también tuvo la oportunidad de saludar a unos 200 niños de primaria y de la catequesis.
Cientos de personas y periodistas se congregaban en los aledaños de la parroquia para esperar al Santo Padre minutos antes de las 15.30h, cuando estaba previsto que comenzara la reunión. Apenas el Papa bajó del coche, besó la cabeza de Rebeca, niña de dos años e hija de una de las catequistas de la parroquia.
A continuación el obispo de Roma, tras abandonar su inconfundible Fiat 500L blanco, se vio abrumado por los aplausos y los coros de “¡Francisco, Francisco!” de los fieles congregados en el patio de la iglesia, o incluso asomados desde las ventanas y balcones de la parroquia san José, al oeste de la capital italiana.
Ya en el interior del templo, Francisco fue recibido por tres monjas, compañeras de trabajo en la parroquia, que le besaron en la mejilla: “Gracias, Santo Padre... Qué emoción”, comentaban.
En el vestíbulo de la casa parroquial, esperaba al Sucesor de Pedro el grupo de sacerdotes con cuarenta años de ordenación: entre ellos se encontraba el Padre Antonio Ciamei, de 94 años, que recibidó la ordenación hace setenta primaveras. Tras una breve oración y el canto de la invocación al Espíritu, se cerraron las puertas para dar inicio a la reunión.
Fuente: Ecclesia